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miércoles, 29 de febrero de 2012

Algunos datos sobre el Parlamento Iraní


Algunos datos sobre el Parlamento Iraní

Una de las tendencias más notables en el Parlamento iraní ha sido el declive de la participación de los religiosos pro República Islámica en el proceso legislativo, sin embargo ésta vez no ha sido por los rivales políticos reformistas como en la década pasada sino por el repunte político que han tenido los miembros de los Guardianes de la Revolución y algunos personajes, aunque los menos, considerados como híbridos  de la política del país (es decir algunos oficiales de la Guardia que han sido adoctrinados en seminarios pertenecientes a la certificación del propio gobierno de la República Islámica).  El primer Parlamento tenía 131 “clérigos”, mientras el segundo contó con 148. El  sexto parlamento elegido en el año 2000 y dominado por los reformistas ya solo contaba con 35 “clérigos”, la cifra más baja hasta la fecha, mientras en el Parlamento actual solo hay 42 asientos ocupados por ellos. Sin embargo, la mayoría de los asientos de este cuerpo legislativo es controlado por personas muy cercanas al Líder Supremo.




Primer Parlamento (1980-1984)
Vocero: Yadollah Sahabi (durante un mes a mediados de 1980), Akbar Hashemi Rafsanjani (1980-1984)
Las tendencias políticas del primer parlamento fueron las más eclécticas. Se incluyeron los diputados liberales del Movimiento por la Libertad, que sin embargo fue prohibido posteriormente.

Segundo Parlamento (1984-1988)
Vocero: Akbar Hashemi Rafsanjani (1984-1988)
Las tendencias políticas estaban casi completamente absorbidas por religiosos del Partido de la República Islámica Sin embargo, las divisiones dentro del mismo crearon una atmósfera ruidosa y festiva.

Tercer Parlamento (1988-1992)
Vocero: Akbar Hashemi Rafsanjani (abril 1988 a agosto 1989); Mehdi Karroubi (agosto 1989 a mayo 1992)
Las tendencias políticas tuvieron una división entre los grupos religiosos pro República Islámica y la entrada de nuevos miembros que en su mayoría provenían de grupos de la izquierda del espectro político

Cuarto Parlamento (1992-1996)
Vocero: Ali Akbar Nateq-Nouri (1992-1996)
Los candidatos para la cuarta legislatura fueron sometidos en gran medida a la aprobación del Consejo de Guardianes, que allanó el camino para la toma de control de las fuerzas más conservadoras.

Quinto Parlamento (1996-2000)
Vocero: Ali Akbar Nateq-Nouri (1996-2000)
Tuvo unas elecciones altamente polémicas por lo que se creó una Asamblea Consultiva, el resultado fue un relativo equilibrio entre conservadores y reformistas.

Sexto Parlamento (2000-2004)
Vocero: Mehdi Karroubi (2000-2004)
El presidente reformista Mohammad Jatamí fue elegido en 1997, lo que contribuyó a una victoria decisiva para los reformistas en el sexto Parlamento.

Séptimo Parlamento (2004-2008)
Vocero: Gholam-Ali Haddad-Adel (2004-2008)
Aquí se tuvo una descalificación al por mayor por parte de del Consejo de Guardianes de los candidatos reformistas que sentó las bases para el retorno de los cuadros conservadores al poder

Octavo Parlamento (2008 -)
Vocero: Ali Larijani (2008 -)
Actualmente el dominio conservador continua a través de la investigación de antecedentes agresivos de los candidatos reformistas por el Consejo de Guardianes.



Los poderes y funciones del Maylis

Sobre el papel, el Parlamento  está dotado de amplias prerrogativas, entre ellas:

* Redacción de la legislación
* La ratificación de los tratados internacionales
* Aprobar el estado de emergencia declaraciones
* La aprobación de los préstamos extranjeros
* Examinar y aprobar el presupuesto anual
* La investigación de todos los asuntos nacionales
* La aprobación de una solicitud del gabinete para la proclamación de la ley marcial
* Eliminación de los ministros del gabinete de la oficina
* Recomendar al líder supremo que el presidente debe ser removido de la base de la incompetencia política


En la práctica, el Parlamento ha sido particularmente activo en el examen del presupuesto anual y en la interpelación a los Ministros del gabinete. Asimismo, el Parlamento tiene facultades de investigación para velar por las quejas del público en contra de las organizaciones del gobierno lo cual ha llegado a crear a menudo conflictos con el Poder Ejecutivo, salvo entre 2000 y 2004, cuando los reformadores controla ron tanto la Presidencia como el Parlamento. 
Sin embargo, actualmente el Parlamento se enfrenta a muchas limitaciones. Por ejemplo, ya no tiene el poder de investigar a algunas instituciones clave como el Consejo de Guardianes. Este papel está bajo el control del Líder Supremo. La Constitución también limita el poder del Parlamento exigiendo el Consejo de Guardianes confirmar la constitucionalidad y la naturaleza islámica de cualquier nueva ley que se pase, principalmente aquellas relacionadas con los derechos de propiedad y la inversión extranjera. 
 El Parlamento se ha enfrentado a otros obstáculos también. La oficina del Líder Supremo ha intervenido en el proceso legislativo a través de un mecanismo llamado "orden estatal". La intervención más polémica del Líder Supremo fue a mediados de 2000, cuando vetó un proyecto de ley que proponía la reforma de las leyes represivas de Irán con respecto a la libertad de prensa. En política exterior, el Consejo de Seguridad Nacional ha actuado en ocasiones en oposición directa a los mandatos legislativos explícitos. En otras ocasiones, se ha llevado al Parlamento a aprobar resoluciones en favor de sus decisiones, en particular sus posiciones con respecto a las negociaciones nucleares.


Por ahora…

* El Parlamento seguirá siendo un espacio de interacción confrontación ruidosa con otros cuerpos como el Consejo de Guardianes, el Líder Supremo y la presidencia. Sin embargo, la relevancia del Parlamento en última instancia, será determinada por su capacidad para desafiar el poder ejecutivo y la aplicación de las leyes que pasa.
* La obstaculización del trabajo del Parlamento afecta su prestigio en el electorado y aumenta los poderes de los órganos no electos como el del líder Supremo o el Consejo de Guardianes.
* Cualquier movimiento hacia un Irán más democrático debe abordar las debilidades institucionales y políticas del Parlamento consagrados en la Constitución actual.


El Estado iraní actual no es una teocracia del todo, se trata de un Estado que tiene elementos del denominado “Sultanismo” y de otros de tipo pretoriano. El “sultanismo” es una forma de gobierno autoritario que se caracteriza por la presencia del líder en casi todos los asuntos del Estado. El sultanismo es un término que se deriva de la palabra Sultán (autoridad), que era tradicionalmente un cargo secular en la época del Imperio otomano, a diferencia del Califato que encarnaba el poder político y el religioso. En la práctica, es cierto que en Irán el Líder Supremo tiene amplio poder pero de ninguna manera gobierna a diestra y siniestra. El único cuerpo que ha podido vetar varias veces las decisiones del Líder Supremo ha sido, paradójicamente, la Guardia Revolucionaria, facción con la que suele tener más empatía que con los propios religiosos del establishment de la ruhaniyat shía.

            El poder de los Guardianes de la Revolución radica más en la economía que en la política iraní. Y aunque, ciertamente no se trata de una facción monolítica, los Pasdaran han puesto más atención en ganar los sectores clave de los medios de producción del Estado (petróleo, gas, fuerza aérea, empresas, bancos) que en puestos legales constitucionales en el aparato gubernamental, lo cual a su vez, tampoco quiere decir que los puestos clave no interesen a los Pasadaran pues, a pesar de que no los gobiernan totalmente, han tenido un repunte importante en su ocupación en la última década.


Algunos datos extra para el análisis

12 de 18 miembros del gabinete presidencial pertenecen a veteranos de guerra de los Guardianes de la Revolución, lo cual no quiere decir que haya habido facciones dentro de los Guardianes que hayan votado o sentido simpatía por Mosaví en 2009.

A pesar de que Jamenei es el jefe oficial de las Fuerzas armadas (pasdaran , artesh y fuerzas especiales)  esto no garantiza una estabilidad entre los Pasdaran y el líder Supremo debido a que su oficina está llena de personas que trabajan para la inteligencia iraní más que para cualquier otro sector del gobierno en Irán.

Lo mismo ocurre con el establishment religioso de la shía y Jamenei. Jamenei no representa a dicho cuerpo religioso y por el contrario no tiene la legitimidad deseada entre los grandes ayatollas de la shía dentro y fuera de Irán. Mucha gente duda de sus credenciales como Gran Ayatollah y de hecho no se puede decir que haya algún representante de la ruhaniyat en su gobierno, o lo que es lo mismo, que no existe una relación sistemática entre la ruhaniyat de la shía en Qom con el parlamento o el gobierno y mucho menos con el líder Supremo. Asi que, mientras se supone que el  Shiismo es la fuente de  legislación en Irán, la figura del actual Líder Supremo parece ir en dirección contraria pues el jefe judicial que encarna resulta que no es aquel que implementa las leyes islámicas sino aquel , que como figura religiosa, despide o ignora la ley islámica del gobierno..

Así son de complicadas las dinámicas de poder en Irán, por lo mismo no se puede encubar a los actores políticos como "reformistas", "conservadores", "pretorianos" o "sultanistas" puesto que como toda acción pragmática, siempre habrá alianzas de unos colores con otros y de los que hacen negocios con lo que hacen leyes, o los que estudian en seminarios religiosos para ser Guardias Revolucionarios y los militares que se adoctrinan en escuelas religiosas particulares. Por cierto, no se deben descartar a aquellos que militares que trabajan en bancos o gasoductos y mucho menos a los locos que no están tan locos como los locos que creemos.

lunes, 27 de febrero de 2012

¿Qué nos enseña el Oscar de "Una separación: Nader y Simín" ?

Inmejorable momento para que una película iraní ganara un Oscar, el mejor premio y reconocimiento a una obra de arte cinematográfica.  Se trata de un momento emotivo ciertamente, pero también de una lección de acercamiento entre culturas y pueblos que es más rico que el mismo galardón dorado y que enseña en menos de dos horas una figura mucho más completa de la sociedad iraní contemporánea que años de noticias que repiten amenazas y retóricas de gobiernos dolidos por su propio poder.

"Nader y Simín" no hace más que confirmar el buen momento por el que pasa el cine iraní contemporáneo y reafirma su labor didáctica, cultural y posición social con respecto a las tensiones diplomáticas contemporáneas otorgando un nuevo vocabulario, imagen y nuevo sentido semiótico a la política internacional.

Este premio es digno de celebrar, de analizar y de hacer conciencia para impulsar nuevas obras de arte desde Irán, Estados Unidos, o cualquier país del mundo, que muestren  el material del que están hechas las sociedades, sus sentimientos más profundos en sus vidas cotidianas y que abra la oportunidad de descubrir, de dejarse deslumbrar, de darse el permiso de dejarse deslumbrar, por lo más valioso que tiene cualquier cultura en este mundo, su gente, su lengua, su arte, su sí misma.

A los amantes, obsesivos y furiosos del cine, la invitación se ha hecho explícita. Se necesita ganar un Oscar para escribir líneas y voltear a ver con otros ojos a una imagen que por años ha sido distorsionada de Irán y su gente, su cultura, sus poetas y su cine. 


Por supuesto que no faltaron, como es costumbre, las televisoras locales de Irán, Estados Unidos, Inglaterra e incluso Israel, que han intentado politizar el evento al declarar "un triunfo de Irán sobre Israel", sin embargo, recordando que hay más galardones que ha ganado la película y las palabras del director al recoger el premio, esto no debe tomarse como tal sino como lo que es, el reconocimiento a una obra de arte iraní, que como muchas otras, ha dado un mensaje social y diplomático dentro de la misma obra como fuera de ella.


Felicidades y que sea el inicio de una nueva perspectiva a la sociedad iraní, pakistaní (que por cierto ganó también su primer Oscar por un documental) y de Oriente Medio en general. Los políticos deberían, como mucha gente lo hará, sentarse a ver y a disfrutar la película, lo que podría cambiar perspectivas, discursos y gustos y claro, generar preguntas, dudas y curiosidades sobre las diferencias del Irán de la película y el Irán de Fox News o CNN, Press TV, entre otros..




jueves, 16 de febrero de 2012

Líbano e Iraq en el marco de la primavera árabe

Los casos de Líbano e Iraq aparecen como focos de atención por muchos otros problemas que tienen poco que ver con la Primavera Árabe, por ahora. Ambas son sociedades desgastadas por las intervenciones militares de países externos y por los conflictos internos que de aquellas han devenido, con una fuerte intervención de Irán y Estados Unidos entre las élites políticas de sus gobiernos,  movimientos armados que se disuaden uno al otro y  un agregado confesional que se impregna en las relaciones políticas de las poblaciones de ambos países respectivamente. Aquí algunas reflexiones sobre Líbano e Iraq en el marco de la Primavera Árabe.

En el caso de Líbano, se trata de una sociedad que ha arrastrado una cruda y sangrienta guerra civil desde los años setenta y que terminó oficialmente hasta hace apenas unos veinte años con un saldo estimado en 400 000 víctimas, unas 350 000 desplazadas y cerca de 1 millón de emigrantes a lo largo del mundo. A esto se le debe sumar la ocupación israelí en los años ochenta, la contraofensiva de Hezbollah a principios de los años noventa, la operación "Uvas de Ira" y la masacre de Qana en 1996, la pugna entre el gobierno libanés y el Hezbollah por el financiamiento de Irán a dicha organización, la crisis política tras el asesinato de Rafiq Hariri en 2005 y la guerra de Hezbollah e Israel en 2006 que terminó con una humillante salida del ejército israelí y un fortalecimiento moral y político de la organización islamista hoy convertida en partido político. 

Todos estos factores han causado en la sociedad libanesa una fatiga psicológica que lo último que ha pensado es en hacer una nueva revuelta al estilo del resto de los países árabes vecinos. Los esfuerzos de la población en los últimos cinco años se han basado en buscar una buen gobierno después de poco más de quince años de guerra civil y tensiones políticas entre sus élites, a la par de seguir adelante con los programas de educación universitaria y la búsqueda de trabajo en el extranjero. 

Sin embargo, es verdad que la población joven de Líbano tiene demandas que hacer oír a su gobierno compuesto de múltiples alianzas que traspasan las fronteras de su sistema multi confesional, es decir, el rechazo a vivir en guetos. A nadie le gusta vivir en getos, ya el acuerdo de Reconciliación Nacional de Taif en 1989 con el que terminó oficialmente la guerra civil había comenzado a sentar las bases de la abolición del sectarismo como una prioridad nacional, sin embargo, ese acuerdo de hace dos décadas se ha convertido ahora en un juego de poder entre los movimientos 8 de marzo que se apoyan del potencial militar y político de Hezbollah, Siria e Irán, y el movimiento 14 de marzo que se ampara del apoyo de Estados Unidos y Occidente.

Pero aquí, el papel del delirante régimen de al Assad juega un papel más importante del que se piensa, pues si bien los movimientos populares en Líbano no han sido lo suficientemente expresivos, ( o sus objetivos han estado lejos de los del resto de los jóvenes de sus vecinos egipcios o sirios) las alianzas de las que viven sus élites pueden tener un reacomodo geopolítico sensible si el régimen de al-Assad cae.


El derrocamiento de al-Assad podría devenir en una fractura de la alianza entre Hezbollah e Irán pues el régimen sirio ha estado fungiendo por más de treinta años como el intermediario más eficiente para el armamento y de más ayuda logística y financiera que recibe la organización islamista. Un ejemplo de esto es la debilidad de algunos diputados pertenecientes al movimiento 8 de marzo tales como  Michael Aoun, cuya financiación depende directamente del régimen sirio el cual, de terminar derrocado en los próximos meses, provocaría la suspensión no solo del argumento político con el que trabaja éste y otros diputados sino también del de su propia financiación para sus campañas, publicidad y protección políticas.
Sin el apoyo de Siria, Hezbollah se verá forzado a sufrir una seria transformación en su logística y operación a menos que pueda optar por una articulación de intereses a favor de un nuevo gobierno sirio y apoyar, como no lo ha hecho hasta el momento, a los movimientos sociales revolucionarios y ponerse inmediatamente del lado de la calle árabe, una opción parecida al juego pragmático que ha optado por seguir Hamás con su alianza con la OLP, una alianza que por cierto necesita de una reforma inmediata de la ley básica de 2002 para que sea tomada por los ciudadanos palestinos con mayor seriedad y compromiso.

Finalmente cabe señalar que el movimiento del 14 de marzo también está pendiente del destino de Siria ya que el final del régimen de Al Assad también significa el final de su plataforma política y de su discurso de confrontación contra  Hezbollah y Assad.  Sin Assad, esta corriente política libanesa se queda sin el "vecino árabe intervencionista" a quien demandar y por quien pedir apoyo a Occidente, lo que resultaría en una política de confrontación directa contra Irán y de cierre de filas con el nuevo gobierno sirio. La cuestión en estos momentos sería dilucidar los movimientos que Hezbollah y sus enemigos políticos harán en Líbano en el escenario post Assad y si esto podría levantar el interés y la movilización de la población libanesa para obtener un sistema de unidad nacional impulsado desde 1989 y que se podría volver una realidad ante este reacomodo geopolítico entre las élites de la "Francia del mundo árabe".

Por su parte, Iraq también comparte una historia similar al pasar por un periodo de guerras con Irán en 1a década de los ochenta, una más en guerra del Golfo entre 1990 y 1991 y una invasión atroz en 2003 cuyo número de víctimas es estimado entre 108 000 y 1.5 millones de acuerdo a las fuentes que se recurran. Sin embargo, pese a dicho desgaste psicológico y material, la movilización de la población iraquí ha sido más activa que en Líbano por una justa razón, esto es, la ocupación estadounidense. Ciertamente entre los principales lemas  iraquíes durante este primer año de primavera árabe y hasta hace una semana, se tienen el "rechazo a la corrupción del gobierno" y "el final de la ocupación estadounidense". La primera de ellas responde a la desconfianza que prevalece entre los iraquíes desde el inicio de la invasión y el clientelismo generado a través de la mala distribución de la riqueza y el poder, mientras la segunda responde a la ocupación misma, la cual pese a la retirada de los efectivos militares de las 500 bases que se tenían para la invasión en 2011, prevalece con la presencia de miles de contratistas que buscarán el negocio de la reconstrucción y la seguridad privada para "ayudar a pacificar" el país en los próximos años. Para Septiembre de 2012 se espera un número aproximado de 15 000 contratistas de los cuales la mitad será de compañías estadounidenses.

Y es que ciertamente la reconstrucción tampoco es un trabajo que se pueda hacer con la presencia estadounidense, la cual, entre la gente común, recuerda la serie de atrocidades cometidas por algunos soldados, la violación de todos los derechos habidos y por haber de la población civil y el causante de un país vuelto en ruinas que pasó de ser del segundo productor de petróleo a nivel regional al segundo lugar en corrupción y uno de los países con la peores condiciones de vida a nivel mundial, mientras su capital Bagdad, la misma ciudad de ensueño de las mil y una noches, se ha vuelto ahora la cuarta ciudad más peligrosa del mundo.



Aunado a lo anterior, la intromisión de Irán en la política interna iraquí también ha tenido consecuencias muy graves para la pacificación del país. Al utilizar la estrategia de los años ochenta en Líbano, Irán ha construido, principalmente en el sur iraquí, una serie de escuelas, clínicas, tiendas, hoteles, entre otros, todos ellos con la fotografía de Jomeini y Jamenei en las paredes. La situación de Basra es un vivo ejemplo de ello, ahora mucha gente en ese lugar piensa que el modelo iraní es el modelo que debe seguir Iraq, lo que da pie a pensar que, ciertamente, la situación de Iraq hoy en día es muy parecida a la situación que vivió Líbano en los años ochenta, donde el agresor no es Israel sino Estados Unidos y donde se está viendo crecer a las milicias patrocinadas por Irán tales como Al-Dawa y el Consejo Supremo de la Revolución Islámica, las cuales, como lo hizo Hezbollah en Líbano hace treinta años, están produciendo nuevos enfrentamientos tanto con las nuevas fuerzas de seguridad del Estado iraquí, con las milicias sunníes que pertenecieron al ejército de Saddam Hussein y con otros grupos independientes que trabajan por cuenta propia o como mercenarios.


Este ambiente de confrontación de poderes extraterritoriales en Iraq ha hecho que la pacificación no llegue a corto o mediano plazos, hecho que sin duda beneficia a Irán para justificar su influencia política y económica en aquel país tratando de ganar el favor de la gente y al mismo tiempo (sin éxito aún) de restar legitimidad y simpatía al Gran Ayatollah Al Uzma, Ali Al Sistani, quien ostenta un poder social y popular en Iraq totalmente avasallador. Al Sistani, quien se opone públicamente al postulado del Velayat al Faqih por su rechazo de la intromisión de la religión en la Política, ha albergado en Nayaf, epicentro del shiísmo duodecimano, a cientos de religiosos disidentes de Qom en los últimos años que no están de acuerdo con la justificación religiosa del actual sistema de gobierno en Irán y que han aprendido nuevas aproximaciones al shiismo contestatario desde las enseñanzas de Sistani y sus allegados. Con un Iraq pacificado, la escuela religiosa de Al Sistani es la única que puede poner en tela de juicio a nivel doctrinal la legitimidad del sistema del Velayat al Faqih en Irán, cuestión que no conviene al  gobierno de Jamenei quien prefiere ciertamente un Iraq Shií de corte parecido al de la República Islámica, al grado de mandar a construir "escuelas velayistas" a Nayaf para contrarrestar esta amenaza. Esto es muy delicado pues algunos académicos como el Abel Karim Soroush ya han advertido sobre la posibilidad de que "Nayaf pueda liberar a Qom" con una aproximación quietista que sin duda lidera Al Sistani.

En conclusión, en ambos casos, Líbano e Iraq, vemos cómo Estados Unidos, Israel e Irán, tal como pasa en Sira, han estado condicionando la política interna de dichos países haciendo de la vida civil una pesadilla social y un laberinto cruel de doble rasero, pues mientras estas potencias se muestran ante los medios como ejes de pacificación y ayuda a los pueblos de esos países, por otro lado están muy interesados en mantener un equilibrio de poder con base en las armas, los ejércitos y las milicias, con quienes también sacan un provecho político y económico a corto plazo pues cada uno de ellos "pacifica" los lugares de comercio e importancia económica para su aliado respectivo. Si bien Líbano e Iraq albergan diferencias en tamaño, población y recursos, estos países adquieren una importancia parecida para las potencias extraterritoriales que no han dejado que la gente al interior explote sus demandas y verdaderas preocupaciones como lo han podido hacer, aguantando  la represión militar y la censura, los pueblos y movimientos sociales en Bahrein, Egipto, Siria y otros que, a pesar de lo experimentado este primer año en sus revueltas y protestas, han dejado en claro que se trata apenas del comienzo de un largo y tortuoso camino en busca de la democracia.


domingo, 5 de febrero de 2012

La hipocresía de las potencias con respecto a Siria


Ciertamente el veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad con respecto al caso sirio ha sido intepretado por Estados Unidos como una "licencia para matar" quien aseguró, con aires de "disgusto", que los rusos y los chinos llevaran sangre en sus manos después de dicha decisión. Pero ciertamente también podemos preguntarnos cuantos vetos ha ejercido Estados Unidos con respecto a la cuestión palestina otorgándole a Israel una licencia similar, ocasionando el "disgusto" de todo el mundo sin contar la cantidad de sangre que ha llevado en sus manos y conciencia.

La masacre de Homs, como las de Gaza, Cairo, Libia y otras muchas que lamentablemente han acontecido a manos de la intromisión de potencias extranjeras en la región, es una muestra más de la hipocresía de las élites que han cometido graves crímenes a los pueblos  en aras de mantener sus intereses geopolíticos intactos y sostenibles para sus relevos en el futuro.

La situación Siria se agrava en términos humanitarios pero la reacción de los pueblos alrededor del mundo pondrá en jaque al régimen tarde o temprano a pesar de la represión vista en el barrio de Jalidiya en Homs y otros barrios desde que comenzó la protesta del pueblo Sirio. Tales son las muestras del pueblo tunecino que ha demostrado su rechazo al embajador sirio del país y ha impulsado una expulsión del mismo a corto plazo.Lo mismo ha ocurrido en demostraciones en ciudades como Londres, Madrid y Cairo para presionar al régimen de Al Assad que ha venido lanzando ataques despiadados con artillería pesada contra sus propia gente.

Sin embargo el escenario que preocupa es el post Assadismo. Un escenario que dibuja diversas versiones del país debido a la intervención de éstas y otras potencias extranjeras que ahora mismo debaten estrategias para financiar movimientos que ignoran completamente las aspiraciones del pueblo y la juventud siria y al mismo tiempo les quitan la independencia política que todo movimiento revolucionario requiere para ser exitoso. La liga Árabe, Estados Unidos e Israel aspiran por una Siria post Assad a merced de movimientos políticos financiados por Arabia Saudí los cuales, de derrumbar al régimen actual, cobrarán factura política de la inversión islamista que se viene, tratando de crear un escenario muy parecido al Egipcio, donde algunos miembros de los hermanos musulmanes han sido más pragmáticos y especulativos al no participar en las protestas contra Mubarak ni tampoco contra el régimen militar.

El escenario post Assad dejará  lamentablemente un escenario de incertidumbre, como el caso libio, que solo la independencia política del pueblo podrá sortear con una fuerte organización y formación de un gobierno integral que recupere las fuerzas protagonistas de esta cruel y sangrienta revolución. Se deberá dejar fuera el interés de los satánes iraníes, rusos y estadounidenses lo cual será un reto del tamaño de la revolución. Egipto está luchando por ello, Túnez también, y aunque son escenarios y vías distintas, el objetivo es el mismo: tener la herramienta democrática para hacer valer los derechos del pueblo contra gobernantes despóticos.  A final de cuentas, todas las revoluciones nacen por la razón de una utopía, cuyo significado es lograr lo que han logrado hasta el momento los jóvenes de la Primavera Árabe con respecto a sus tiranos, su destierro y la posibilidad de construir escenarios nuevos y justos. Ahora, en esta segunda etapa, se debe desterrar a los otros tiranos (aquellos que apoyaban a los primeros) y completar el proceso que se ha iniciado hace poco más de un año, proceso que llevará cerca de una década.

jueves, 2 de febrero de 2012

Lo público y lo secreto en el conflicto Irán-EEUU/Israel

No cabe duda que las tensiones relativas a "la cuestión nuclear con Irán" siguen siendo utilizadas por todos los actores involucrados en el tema para su propia conveniencia. El pasado 28 de enero se presentó en youtube un cortometraje llamado "The Last Day" en el que se aborda un hipotético y catastrófico ataque nuclear iraní a Israel (¡¡) en el año 2013. Este video trata de presentar el peor escenario interno y crear toda una paranoia con respecto a Irán si no se actúa (militarmente) contra él en estos momentos. Ciertamente este tipo de materiales tienen el objetivo de crear tensión pero también cohesión en la sociedad israelí, una sociedad que vive una crisis de identidad y pertenencia entre lo "judío" y lo "israelí" y que también trata poco a poco de minar la conciencia que hay con respecto a la creación de un Estado Palestino bajo las fronteras de 1967. La promoción de esta cinta va en armonía con la serie de discursos y tendencias informativas en los medios impresos y electrónicos de comunicación estadounidenses como CNN, Fox y el NY times, que han estado vendiendo con mucho énfasis en los últimos días la imagen de Irán como un país que representa una seria amenaza a la seguridad internacional, al tratar de cambiar la opinión de la sociedad estadounidense que hasta el momento permanece escéptica y distante al inicio de una nueva guerra en Oriente Medio pero cuyo conocimiento del tema es mas que débil para cuestionar las causas de un enfrentamiento dado.
En el caso de Irán, el líder supremo también ha hecho lo posible en términos mediáticos no solo a nivel nacional sino también  internacional con cadenas televisivas como Press TV y su versión dirigida hacia el público de habla hispana Hispan TV. En dicha labor, Irán trata de contrarrestar la propaganda proveniente de Estados Unidos e Israel mediante un enfoque que analiza y sataniza los acontecimientos creados en Occidente (tales como las sanciones internacionales) y elabora al mismo tiempo una imagen de Irán más conciliadora que ayude a cohesionar a la población que últimamente había demostrado acciones desafecto por su gobierno ante el fraude electoral de 2009 y la falta de reformas civiles para la gente joven del país. 

Se debe decir que los países inmersos en dicha guerra mediática tienen movimientos sociales que, a diferencia de los movimientos sociales-revolucionarios vistos en la Primavera Árabe, aspiran más a una reforma estructural al sistema en el que viven que a un cambio de régimen. Los jóvenes trabajadores, estudiantes y activistas en el Movimiento Verde, "Ocupa Wall Street" y los Indignados en Israel, (que paradójicamente son el resultado de los sistemas de educación de sus respectivos países) jamás se pronunciaron por un derrocamiento de sus respectivos gobiernos y tan solo demandaron dignidad y cuentas con lemas tales como "Somos el 99%", "Dónde está mi voto" y "precios justos para salarios justos" en los casos de EEUU, Irán e Israel respectivamente. Sin embargo, con el paso del tiempo  y dado el   impacto de la movilización social en el mundo árabe, estos movimientos pueden crecer día a día y extenderse hasta "crear problemas" similares a los creados durante los primeros días de su aparición, donde actos de represión calmaron sus ánimos (por ahora) y dieron al traste con el proyecto de demostración pacífica que se habían gestado en ciudades como Teheran, Nueva York y Tel Aviv.


Así, dicho proceso no solo ayuda a olvidar las preocupaciones internas en los movimientos antes señalados sino que la misma guerra mediática se ha convertido también en una estrategia pública de los actores en cuestión para hacer olvidar los problemas pendientes en Siria, Egipto y Bahrein, por no mencionar los movimientos que han sido duramente reprimidos en Arabia Saudí, Omán y Argelia, donde el éxito de la primavera árabe ha sido prolongado y obstaculizado por poderes extraterritoriales, que casualmente resultan ser los mismos actores que intervienen en esta guerra de "la cuestión nuclear" y que han intentado apoderarse de sus protestas y querido dibujar el mejor escenario que mejor convenga a corto y mediano plazos. Basta darse una vuelta por Press TV para darse cuenta que en Irán la pesadilla de los protestantes en Siria  se ve como "un plan malévolo" de occidente por derrocar al aliado de Jameni, mientras que por ese mismo canal se da una de las mejores coberturas de lo que acontece en Bahrein, cuya élite se ha aliado totalmente a las directrices de Arabia Saudí y Estados Unidos en contra de Teherán. Algo semejante pasa en CNN donde el tema de Bahrein es casi nulo en la agenda diaria de la cadena a la par de un bombardeo informativo sobre la "emergencia de desmantelar el gobierno se Assad" en Siria.



Básicamente, esta guerra informativa es parte de la guerra secreta que hay entre Israel-EEUU e Irán por el balance de poder en la región cuya segunda etapa ha venido provocando el asesinato de varios científicos iranies en operaciones encubiertas. Pero al mismo tiempo, esta misma guerra informativa también ha servido de paraguas a una verdadera confrontación bélica que en nada tiene sentido, pues el binomio publico-secreto se ha convertido en la combinación perfecta para que los gobiernos de dichos países se desentiendan de sus problemas internos con sus sociedades, problemas que se pueden resumir en el alza de precios de consumo básico, el gasto corriente y el malestar por la disparidad social que esos problemas económicos han causado en los últimos treinta años.

Minar el avance nuclear de Irán (o mejor dicho el know how del ciclo nuclear) ha sido una prioridad de Occidente desde el final de los años noventa, siendo las operaciones encubiertas una de las herramientas más utilizadas y eficaces para ello. Este dato deja constancia de que las redes de espionaje occidentales e israelíes han logrado cultivar buenos contactos en Irán no solo por el éxito mismo de las operaciones sino por la repetición del modus operandi en ellas, lo que a su vez ha puesto en alerta a las autoridades iraníes al respecto y a todas sus redes de inteligencia para "cazar brujas", minando los espacios de expresión posibles para movimientos de reforma y de reclamo de derechos civiles como los movimientos estudiantiles de la Universidad de Teherán o el mismo Movimiento Verde.

Por su parte, el apoyo de Irán a Hezbollah ha sido una estrategia recurrente en la élite gubernamental de los Pasadaran, lo cual ha ayudado a contener a Israel en la parte Sur de Líbano y a ejercer un alto grado de disuasión militar en la zona, sobre todo a raíz de la derrota militar de Israel contra las fuerzas armadas de dicho grupo en julio de 2006, lo cual tiene por consecuencia un escenario similar con los jóvenes libaneses que se muestran reacios a vivir en un país sectario y dividido con base en diferencias confesionales, y que quieren mostrar sus preocupaciones en armonía con el resto de los movimientos sociales de la primavera árabe.

Finalmente, si bien se puede decir que los gobiernos se benefician de dicha guerra mediática por el control que ejercen entre la sociedad  (la cual se está llenando de paranoia ante los tambores de guerra que los medios de comunicación en los tres países se dan prisa en anunciar) también es cierto que una guerra verdadera traería consecuencias para todos los integrantes en un juego de suma cero cuyo resultado es perder-perder, puesto que en tal caso los movimientos sociales de dichos países saldrían también altamente perjudicados al eliminarles completamente su margen de acción y demostración en la calles, las cuales  estarían a merced, oficialmente, de las fuerzas armadas. Mientras tanto, todas las declaraciones que se ven anunciadas constantemente en los periódicos el mundo, los análisis sobre las consecuencias catastróficas de carácter humanitario y económico que devendrían de una nueva intervención militar en el Golfo Pérsico y los debates académicos que se dan día a día en diversos noticieros son, a veces sin querer, parte de esta guerra mediática al volverse todos ellos intermediarios o portavoces de los actores principales que la han comenzado, a pesar del esfuerzo de algunos de ellos, muy pocos en realidad, de proponer soluciones viables a corto plazo y mantener un compromiso firma para informar y dar a entender mejor la situación por la que pasamos.