Ha sido una jornada electoral interesante, llena de pasión y sorpresas tal como se caracterizan las elecciones iraníes, especialmente las presidenciales.
Los jóvenes salieron a votar después del medio día. El voto de provincia pesó mucho más que en otras elecciones y participó cerca del 70% de los 50 millones de iraníes con edad para votar.
Rouhani ha sido electo como el onceavo presidente de Irán en la primera ronda con 52% de los votos, derrotando a Saeed Yalili, el preferido del Líder Supremo, con datos oficiales del Ministerio del Interior que circulan en la prensa local.
A partir de esta victoria, ponemos a disposición de los interesados cinco reflexiones para el futuro de Irán, por lo menos, de manera preliminar y ante el calor de los resultados oficiales:
Fuente; https://www.facebook.com/photo.php?fbid=462016513890094&set=a.148850655206683.33000.148843731874042&type=1&theater |
1.- La política orientalista que ve al Líder Supremo como un sultán omnipotente que todo lo decide en Irán debe revisarse.
La victoria del reformismo muestra que la organización de este sector y sus líderes puede crear un balance de poder en cualquier organismo del gobierno donde haya elecciones. El peor enemigo de la democracia, de la democracia iraní, es la apatía política, y creo que a lo largo de la jornada electoral dicha apatía fue vencida por la participación de la gente que se encontraba en el dilema de votar o no votar. Creo que finalmente ganó la disposición de hacer sonar la voz de la ciudadanía al pensar que si bien Ali Jamenei tiene mucho poder en Irán, callar las voces del pueblo iraní en dos elecciones presidenciales consecutivas es algo que no ha tenido la capacidad de hacer.
2. La estrategia política fue clave.
A lo largo de la jornada hubo decenas de rumores sobre la presión de llevar a Rouhani a una segunda vuelta, pero la no dimisión de más candidatos conservadores llevó a que sus simpatizantes dividieran el voto prácticamente entre dos hombres, Yalili y Ghalibaf.
A diferencia de los reformistas que impulsaron a Rouhani con el apoyo de Rafsanyani, Jatami, Aref y gran parte de la ola verde, los principalistas no se bajaron del tren y compitieron con tres hombres que no hicieron más que dividir el voto. La dimisión de uno de ellos hubiera hecho de la elección un proceso más cerrado y dramático de lo que fue.
3. La agenda el movimiento verde no está descartada, y es parte del juego de poder del sistema.
El movimiento verde solo es el rostro público, lo más importante es el sentimiento político y los deseos de la población. Trita Parsi menciona ciertamente que "la aspiración reformista ha estado presente desde 2009 y hoy ha vuelto a las calles"...dicha aspiración, aunque vestida hoy de morado, no ha desaparecido de la escena iraní y es una muestra de que la población está a favor de una política exterior moderada y conciliadora con el sistema internacional. El movimiento verde como tal está fragmentado y sus líderes están en prisión, pero su agenda política esta viva entre la gente que fue a votar y que ni siquiera se considera como simpatizante de ellos.
4. Esperanzas al interior de Irán.
Lo importante no es tanto Rouhani como figura, pues tiene un poder limitado con respecto a Jamenei. Lo importante es la gente con la que trabajará en el futuro. Podemos hablar de la reaparición oficial en el gobierno de gente como Jatami, el mismo Aref como su Vice presidente, y una serie de funcionarios que pueden recomponer la política exterior del país que fue muy dañada durante el período de Ahmadineyad. Tenemos que esperar a la presentación del gabinete y de la gente de Inteligencia y la judicatura que trabajará con él para ver qué tanto cambio puede generar desde la presidencia.
5. El reto de la agenda del cambio.
Rouhani se enfrenta a tres cosas importantes con base en sus promesas de campaña:
a) Liberar a los políticos que están bajo arresto domiciliario (Musavi y Karubi principalmente);
b) Crear el Ministerio de la Mujer, y
c) Mejorar la economía interna con una estrategia conciliadora con Occidente.
En este último punto habrá que poner a prueba la verdadera intención de un Obama que se presenta como conciliador pero que no pudo establecer contactos de este tipo con un Ahmadineyad conservador y retador con Israel. Ahora con un gobierno reformista, y un Obama dispuesto a dialogar, puede abrirse una verdadera oportunidad de ver acercamientos menos conflictivos con Irán, que dependerán también del ambiente internacional y las estrategias políticas en escenarios como Siria, Turquía, Iraq, Pakistán y Afganistán, es decir, el vecindario geopolítico iraní.
En general, estas elecciones son un evento positivo para un Estado iraní que busca sobrevivir al acoso de sus enemigos dada la situación regional. A Jamenei y al cuerpo de seguridad de los Guardianes de la Revolución le viene bien un presidente electo democráticamente ante la serie de eventos que ocurrieron desde 2009, ya que se abre una nueva oportunidad para revitalizar el sistema de balance de poder que existe en la República Islámica de Irán.
Fuente: http://www.guardian.co.uk/world/2013/jun/15/iran-presidential-election-hassan-rouhani-wins |
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