En las últimas horas hemos visto en Egipto un clima de confrontación entre el ejército y los hermanos musulmanes y sus simpatizantes, quienes han denunciado un golpe de estado orquestado por el ejército. EN las calles se respira la insistencia de la gente en las plazas al decir que "el ejército no debe ni deberá comandar el destino de Egipto", que la revolución es del pueblo, que el golpe de Estado se llama tawra silmiya y que lo que sigue es realizar una conciliación nacional que lleve al país a la celebración de elecciones sin políticos, ni militares , ni islamistas de la vieja guardia, sino la graduación de una nueva generación de jóvenes políticos más relacionados con la realidad egipcia.
A continuación expongo un diálogo con Jorge Alonso sobre algunos textos que leimos para informarnos de lo que ocurre en Egipto.
Moisés: vi tu entrevista. Estoy lleno de confusiones. Vi también este escrito que te comparto. Cuando hay garantes de arriba dizque viendo por los de abajo me surgen dudas. Lo que alcanzo a ver es una confrontación y polarización grande, pero ya me dirás
Querido Dr. Alonso..
Gracias por los textos, creo que el de Petras es brillante y es quien guarda más calma sobre lo que estamos viendo. El texto del que si difiero es el de Alba Rico, del cual no puedo aceptar que "el mundo árabe no es democratizable". Esa es una antigua tesis orientalista que anarquiza a las sociedades para justificar la intervención extranjera ante una supuesta falta de orden.
Creo que estos textos pueden ser una muestra del pulso de una sociedad que intenta ser dividida, tanto por el ejército, como por los hermanos musulmanes.
En otras palabras, creo que estamos ante un proceso de CANIBALISMO entre las fuerzas militares y los hermanos musulmanes. Unos contra otros como en los viejos tiempos, cada uno tratando de adueñarse de la revolución hecha por el pueblo. El punto es que los hermanos musulmanes quieren gobernar pero el ejército quiere reinar, y en ese choque de intereses los proyectos progresistas nacidos desde la sociedad se debilitan a la vez que el protagonismo de este canibalismo crece en los medios, y peor aún, cuando una de estas fuerzas va ganando terreno en ellos como parece lo está haciendo el ejército con base en la fuerza. Eso no es un buen indicio para una transición.
La evidencia para este argumento estriba en que la hermandad musulmana siempre ha sabido cómo lidiar con la oposición, pero en este año, no ha sabido cómo lidiar con las demandas del pueblo. El interlocutor es diferente, no es un dictador, ni un soldado con fusil, sino un hombre, una MUJER, con sus suelas de zapatos gritando en la plaza.
Si los islamistas hubieran satisfecho las demandas del pueblo, aún teniendo la mayoría en el parlamento y una constitución coránica, hubieran triunfado sobre el ejército, no con armas, sino con reformas y con la graduación de una nueva generación de políticos creada en conjunto con los jóvenes revolucionarios. En lugar de eso, prefirieron envestir a un presidente faraónico que a su vez otorgó poderes a la inteligencia y a la policía y se dedicó a intimidar mujeres con pruebas de virginidad y otros mecanismos INDIGNANTES.
Lo que si es preocupante, es que en esta nueva ocupación de las calles haya golpistas de todos lados queriendo liderar el movimiento, y que los políticos de la vieja guardia, con descaro y AYUDA DEL EJÉRCITO, quieran ponerle nombre apellido a una revolución egipcia que no tiene líderes y QUE NUNCA LOS HA TENIDO.
Aún si seguimos la tesis de la conspiración, el argumento que expongo se presenta de la siguiente manera: Son tan iguales los h. musulmanes y las fuerzas armadas como actores políticos poscoloniales, que Estados Unidos en diferentes escenarios apoya a uno u otro para satisfacer sus propios intereses. Es decir, en Siria, EEUU apoya a los h. musulmanes para derrocar al ejército de Bashar al Assad, mientras aquí en Egipto se apoya al supuesto golpe que el ejército ha hecho en contra de los h. musulmanes.
Vaya, esta posición gringa en los conflictos no es nueva, pero si que sirve como una pista para dilucidar este canibalismo del que hablo.
Las cosas están muy calientes, y mi intención no es presentar al ejército como un pilar que apoya las demandas del pueblo, sino exponer que se trata de SECUESTRAR la revolución egipcia por parte del ejército, tal como los hermanos musulmanes la secuestraron con medidas populistas y mecanismos de caridad social tras el derrocamiento de Mubarak.
Ay Doctor, por lo menos eso creo yo, y ojalá me equivoque pero creo que hay un plan para vetar NO a los proyectos islamistas sino a los proyectos progresistas mas apegados a las ideas revolucionarias de pan, justicia, y dignidad.
Si encuentra más cosas no deje de mandarme...espero comentar esto en vivo muy pronto..
Abrazos
Moi
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