Comenzaré por los textos de Alba Rico, donde el autor no es flexible, desde mi parecer, en su terminología.
Revolución no son solo los dos casos que plantea; para los egipicios, según me dicen, también se trata de una nueva forma de ver este proceso como un cambio no solo a nivel político sino a nivel social, epistemológico y económico, pero sin ideologías, líderes ni partidos políticos. Se trata, aunque el discurso europeo y estadounidense no dejen de hablar de golpe de estado, de una nueva victoria del pueblo egipcio. Esta vez se ha derrotado el proyecto del islamismo político, y si los militares se adueñan de la hoja de ruta, los egipcios y egipcias saldrán de nuevo a las calles. Ellos han roto algo la barrera del miedo y la indiferencia...algo que aquí en México se inyecta día a día con descabezados y telenovelas.
Ahora bien, ¿por qué Egipto no es Argelia? Puntualizaré tres cosas:
- porque en en 1991, el gobierno argelino (FLN) suspendió las elecciones inmediatamente después de la primera ronda que había mostrado una clara victoria islamista. El FIS (partido islamista) nunca tuvo la oportunidad de formar un gobierno. En Egipto, la situación es diferente. Los h. Musulmanes ganaron (ya vimos cómo), ocupan la presidencia, dominan el parlamento y forman un gobierno. Es su desastrosa y mala gestión y no un decreto militar lo que ha provocado su caída;
- las elecciones argelinas no fueron el resultado de una revolución de la forma en que las elecciones egipcias lo fueron. Esto tiene mucha importancia, ya que parte de la razón de la caída de Morsi es que él y su organización no gobernaron de acuerdo con las demandas de la revolución: pan, dignidad y justicia.
- Egipto se encuentra todavía en un momento revolucionario, algo que faltó ( y hace falta) en Argelia desde 1991.
Muchos pensamos que el ejército también está acorralado y no está actuando de forma independiente a pesar de todas las apariencias en contrario. Los jóvenes están convencidos de que todo esto es por ellos y que el mundo ha reaccionado gracias a ellos.
Esto no quiere decir que no habrá islamistas egipcios que deseen venganza contra el ejército, o que el ejército quiera apropiarse de la hoja de ruta. El sentimiento de victimización de la hermandad y de herorísmo del ejército es algo con lo que el pueblo debe lidiar desde ahora.
El pueblo egipcio no ha dado un cheque en blanco, y se trata del principal artífice de la caída de Mursi. Tampoco permitirá que el ejército tome el timón del barco. Tampoco esta a favor del disparo de una sola bala contra los simpatizantes de Mursi, pero tampoco de la serie de ataques que milicias islamistas han hecho no solo en las últimas horas, sino a lo largo de la historia, contra la misma gente en calles de Alejandría y Cairo, de acuerdo con las experiencias de Basel Ramsis in situ desde el país del Nilo.
Por otra parte, creo que el texto de Olga Rodríguez es muy puntual y está en sintonía con lo que hemos venido diciendo por aquí. Esto no quiere decir que los texto de Alba Rico, por no estar en sintonía conmigo o con muchos otros sea menos útil y deban ser descartados, al contrario es obligatorio incorporarlos al debate.
Hay una pregunta con esto que si me da vueltas en esto de las confusiones: ¿a caso el ejército, a través del rostro público de Al Baradei, cuando llame a elecciones dejará participar a los islamistas o se les prohibirá participar?. Y si participan, y vuelven a sus mecanismos de populismo y acarreo de votos, que pasará si vuelven a ganar? Vamos, creo que las 22 millones de firmas contra Mursi tienen la idea clara, pero su división en diversos candidatos en el proceso podría ser, de nuevo, su peor enemigo..divide y vencerás..y aquí terminaos en el principio, con el texto de Rivas, ¿hacia dónde va Egipto?
Tahya Masr. (viva Egipto).
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