Buscar este blog

lunes, 15 de julio de 2013

El ejército egipcio y la hermandad musulmana: canibalismo como mecanismo contra revolucionario

La dualidad egipcia radica en que el ejército ha defendido la dictadura por décadas por un lado, y en que hace unos días ha actuado en sintonía con el pueblo por el otro. Sin embargo, esta dualidad no resulta en golpes de estado por el pueblo, sino tan solo en articulaciones de intereses que los generales evocan para aprovechar que las demandas del pueblo contra Mursi y la hermandad musulmana están, esta vez, a su favor.


Las recientes acciones el ejército constituyen un acto populista, de oportunismo político, no de “golpe de Estado democrático”; aquel es un concepto que nos hemos inventado para entender la fase por la que pasa actualmente la revolución egipcia de acuerdo con nuestros propios marcos de referencia y experiencias.


Se debe llamar la atención que el 30 de junio de 2013 también comenzó otro episodio más de la lucha eterna entre los generales y los islamistas. Este enfrentamiento se trata de un canibalismo que tiene su origen en el estado colonial donde ambos actores nacieron como supuestos movimientos contestatarios “al dominio imperialista europeo”. Unos proclamaron lealtad a la nación y otros al Islam, diciendo que en esas ideologías el pueblo egipcio conseguiría la liberación tan anhelada de la intromisión de estructuras coloniales. Sin embargo, nacionalismo, panarabismo, islamismo y otros discursos poscoloniales, han demostrado su ineficacia y su espejismo en el proceso liberador, dando la explicación a la pregunta del por qué no hay líderes, ni ideologías, ni propagandas de este tipo en las revoluciones árabes. En otras palabras, es porque simplemente no han funcionado y por el contrario, han llegado a ser cómplices de la misma maquinaria de opresión que tiene a los egipcios en la pobreza y la indignación. El ejército siendo financiado por Estados Unidos y haciendo pactos con la elite gobernante de Israel, y los hermanos musulmanes siendo financiados por la elite política de Arabia Saudí.


Ahora mismo, entre el ejército y los islamistas hay muchos discursos ocultos. En términos de James Scott, esto es porque el discurso del pueblo se ha hecho público y se ha liberado o está en proceso de liberarse. Se han invertido los papeles porque ahora los militares y los islamistas tratan de actuar de acuerdo con lo establecido en la revolución, es decir, con las demandas de pan, justicia y dignidad, pero en realidad, ninguno de ellos ha sido parte de dicho movimiento. Debemos recordar que ninguno de ellos estuvo realmente en Tahrir, o estuvieron cautelosos, haciendo cálculos para ver a qué lado se movían. El ejército se debatía entre disparar o no a “la masa”, mientras la hermandad se debatía entre unirse o no a ella.


La intromisión del ejército en la caída de Mursi ha ido acompañada de otros hechos que también comienzan a desilusionar nuevamente a la calle egipcia. Entre ellos, por ejemplo, el hecho que el nuevo presidente interino, Adli Mansur, se haya otorgado amplios poderes el pasado 8 de julio, el hecho que los islamistas del partido An Nur quieran mantener artículos constitucionales de la era de Mursi, o algo muy delicado como que la violencia canibalista entre el ejército y los hermanos musulmanes lleve a la imposición de un nuevo estado de sitio bajo pretexto de la “amenaza islamista” que lleve entre medio a los activistas y ciudadanos egipcios.


En medio del canibalismo entre los hermanos musulmanes y el ejército, de que la gente tenga que lidiar con la “victimización de la hermandad” y el “heroísmo del ejército”, la revolución egipcia tiene el reto de enfrentarse a sí misma. Es decir, que la par del enfrentamiento entre partidos y otros actores que buscan el poder, la construcción de un sistema inclusivo, pluridiverso, en el que los principales objetivos de la revolución (pan, justicia, libertad y dignidad) sean alcanzados, la ciudadanía tiene que pensar más allá de las grandes avenidas y plazas públicas donde se reúne después del viernes del rezo, y llegar a la conciencia de la gente de los callejones las cofradías, las madrasas, y los hogares, donde también se tiene el reto de aprender, educar, movilizar y organizar el futuro. El día que el ejército trabaje para estas personas, entonces podríamos comenzar a hablar de democracia, y eso quien sabe, porque a lo mejor la gente ni siquiera democracia quiere, ellos piden justicia, pan y dignidad, otras personas en España piden "democracia real", es decir, se pide algo que no hay pero que si puede haber, esa utopía que lleva a los pueblos y a los ciudadanos a pedir lo que es pero no está.


Finalmente, se debe decir que el pueblo egipcio no permitirá que el ejército tome el timón del barco y que de ser necesario, volverá a salir a las calles. Este mes de ramadán es un mes de descanso y reflexión, en el que los musulmanes han dicho que el islam no es de los islamistas, la ley no es de la dictadura y la legitimidad no pertenece al e

sábado, 6 de julio de 2013

El pueblo egipcio: entre la "victimización" de la hermandad y "el heroísmo" del ejército


Comenzaré por los textos de Alba Rico, donde el autor no es flexible, desde mi parecer, en su terminología.

Revolución no son solo los dos casos que plantea; para los egipicios, según me dicen, también se trata de una nueva forma de ver este proceso como un cambio no solo a nivel político sino a nivel social, epistemológico y económico, pero sin ideologías, líderes ni partidos políticos. Se trata, aunque el discurso europeo y estadounidense no dejen de hablar de golpe de estado, de una nueva victoria del pueblo egipcio. Esta vez se ha derrotado el proyecto del islamismo político, y si los militares se adueñan de la hoja de ruta, los egipcios y egipcias saldrán de nuevo a las calles. Ellos han roto algo la barrera del miedo y la indiferencia...algo que aquí en México se inyecta día a día con descabezados y telenovelas.

Ahora bien, ¿por qué Egipto no es Argelia? Puntualizaré tres cosas:

- porque en en 1991, el gobierno argelino (FLN) suspendió las elecciones inmediatamente después de la primera ronda que había mostrado una clara victoria islamista. El FIS (partido islamista) nunca tuvo la oportunidad de formar un gobierno. En Egipto, la situación es diferente. Los h. Musulmanes ganaron (ya vimos cómo), ocupan la presidencia, dominan el parlamento y forman un gobierno. Es su desastrosa y mala gestión y no un decreto militar lo que ha provocado su caída; 

- las elecciones argelinas no fueron el resultado de una revolución de la forma en que las elecciones egipcias lo fueron. Esto tiene mucha importancia, ya que parte de la razón de la caída de Morsi es que él y su organización no gobernaron de acuerdo con las demandas de la revolución: pan, dignidad y justicia. 

- Egipto se encuentra todavía en un momento revolucionario, algo que faltó ( y hace falta) en Argelia desde 1991.

Muchos pensamos que el ejército también está acorralado y no está actuando de forma independiente a pesar de todas las apariencias en contrario. Los jóvenes están convencidos de que todo esto es por ellos y que el mundo ha reaccionado gracias a ellos. 

Esto no quiere decir que no habrá islamistas egipcios que deseen venganza contra el ejército, o que el ejército quiera apropiarse de la hoja de ruta. El sentimiento de victimización de la hermandad y de herorísmo del ejército es algo con lo que el pueblo debe lidiar desde ahora. 

El pueblo egipcio no ha dado un cheque en blanco, y se trata del principal artífice de la caída de Mursi. Tampoco permitirá que el ejército tome el timón del barco. Tampoco esta a favor del disparo de una sola bala contra los simpatizantes de Mursi, pero tampoco de la serie de ataques que milicias islamistas han hecho no solo en las últimas horas, sino a lo largo de la historia, contra la misma gente en calles de Alejandría y Cairo, de acuerdo con las experiencias de Basel Ramsis in situ desde el país del Nilo.

Por otra parte, creo que el texto de Olga Rodríguez es muy puntual y está en sintonía con lo que hemos venido diciendo por aquí. Esto no quiere decir que los texto de Alba Rico, por no estar en sintonía conmigo o con muchos otros sea menos útil y deban ser descartados, al contrario es obligatorio incorporarlos al debate.

Hay una pregunta con esto que si me da vueltas en esto de las confusiones: ¿a caso el ejército, a través del rostro público de Al Baradei, cuando llame a elecciones dejará participar a los islamistas o se les prohibirá participar?. Y si participan, y vuelven a sus mecanismos de populismo y acarreo de votos, que pasará si vuelven a ganar? Vamos, creo que las 22 millones de firmas contra Mursi tienen la idea clara, pero su división en diversos candidatos en el proceso podría ser, de nuevo, su peor enemigo..divide y vencerás..y aquí terminaos en el principio, con el texto de Rivas, ¿hacia dónde va Egipto?

Tahya Masr. (viva Egipto).


jueves, 4 de julio de 2013

Algunos textos para informarnos sobre Egipto en correspondencia con Jorge Alonso

En las últimas horas hemos visto en Egipto un clima de confrontación entre el ejército y los hermanos musulmanes y sus simpatizantes, quienes han denunciado un golpe de estado orquestado por el ejército. EN las calles se respira la insistencia de la gente en las plazas al decir que "el ejército no debe ni deberá comandar el destino de Egipto", que la revolución es del pueblo, que el golpe de Estado se llama tawra silmiya y que lo que sigue es realizar una conciliación nacional que lleve al país a la celebración de elecciones sin políticos, ni militares , ni islamistas de la vieja guardia, sino la graduación de una nueva generación de jóvenes políticos más relacionados con la realidad egipcia.


A continuación expongo un diálogo con Jorge Alonso sobre algunos textos que leimos para informarnos de lo que ocurre en Egipto.


Moisés: vi tu entrevista. Estoy lleno de confusiones. Vi también este escrito que te comparto. Cuando hay garantes de arriba dizque viendo por los de abajo me surgen dudas. Lo que alcanzo a ver es una confrontación y polarización grande, pero ya me dirás



Querido Dr.  Alonso..

Gracias por los textos, creo que el de Petras es brillante y es quien guarda más calma sobre lo que estamos viendo. El texto del que si difiero es el de Alba Rico, del cual no puedo aceptar que "el mundo árabe no es democratizable". Esa es una antigua tesis orientalista que anarquiza a las sociedades para justificar la intervención extranjera ante una supuesta falta de orden.

Creo que estos textos pueden ser una muestra del pulso de una sociedad que intenta ser dividida, tanto por el ejército, como por los hermanos musulmanes. 

En otras palabras, creo que estamos ante un proceso de CANIBALISMO entre las fuerzas militares y los hermanos musulmanes. Unos contra otros como en los viejos tiempos, cada uno tratando de adueñarse de la revolución hecha por el pueblo. El punto es que los hermanos musulmanes quieren gobernar pero el ejército quiere reinar, y en ese choque de intereses los proyectos progresistas nacidos desde la sociedad se debilitan a la vez que el protagonismo de este canibalismo crece en los medios, y peor aún, cuando una de estas fuerzas va ganando terreno en ellos como parece lo está haciendo el ejército con base en la fuerza. Eso no es un buen indicio para una transición.

La evidencia para este argumento estriba en que la hermandad musulmana siempre ha sabido cómo lidiar con la oposición, pero en este año, no ha sabido cómo lidiar con las demandas del pueblo. El interlocutor es diferente, no es un dictador, ni un soldado con fusil, sino un hombre, una MUJER,  con sus suelas de zapatos gritando en la plaza.

Si los islamistas hubieran satisfecho las demandas del pueblo, aún teniendo la mayoría en el parlamento y una constitución coránica, hubieran triunfado sobre el ejército, no con armas, sino con reformas y con la graduación de una nueva generación de políticos creada en conjunto con los jóvenes revolucionarios. En lugar de eso, prefirieron envestir a un presidente faraónico que a su vez otorgó poderes a la inteligencia y a la policía y se dedicó a intimidar mujeres con pruebas de virginidad y otros mecanismos INDIGNANTES.

Lo que si es preocupante, es que en esta nueva ocupación de las calles haya golpistas de todos lados queriendo liderar el movimiento, y que los políticos de la vieja guardia, con descaro y AYUDA DEL EJÉRCITO, quieran ponerle nombre  apellido a una revolución egipcia que no tiene líderes y QUE NUNCA LOS HA TENIDO.

Aún si seguimos la tesis de la conspiración, el argumento que expongo se presenta de la siguiente manera: Son tan iguales los h. musulmanes y las fuerzas armadas como actores políticos poscoloniales, que Estados Unidos en diferentes escenarios apoya a uno u otro para satisfacer sus propios intereses. Es decir, en Siria, EEUU apoya a los h. musulmanes para derrocar al ejército de Bashar al Assad, mientras aquí en Egipto se apoya al supuesto golpe que el ejército ha hecho en contra de los h. musulmanes.

Vaya, esta posición gringa en los conflictos no es nueva, pero si que sirve como una pista para dilucidar este canibalismo del que hablo. 

Las cosas están muy calientes, y mi intención no es presentar al ejército como un pilar que apoya las demandas del pueblo, sino exponer que se trata de SECUESTRAR la revolución egipcia por parte del ejército, tal como los hermanos musulmanes la secuestraron con medidas populistas y mecanismos de caridad social tras el derrocamiento de Mubarak.

Ay Doctor, por lo menos eso creo yo, y ojalá me equivoque pero creo que hay un plan para vetar NO a los proyectos islamistas sino a los proyectos progresistas mas apegados a las ideas revolucionarias de pan, justicia, y dignidad.

Si encuentra más cosas no deje de mandarme...espero comentar esto en vivo muy pronto..

Abrazos
Moi