Aquellos que hayan experimentado el ta'roof notarán la fascinante y singular manía de tratar al huésped por parte de un iraní.
Ta'roof tiene su origen de una palabra árabe que denota "interés por familiarizarse con alguien" y "tratarlo de la mejor manera", y que se materializa en muchos lugares donde se intercambia un servicio tales como el autobús, el taxi, un almacén o un hotel.
Intente usted pagar a un iraní por cualquier servicio y ésta persona se negará a recibir su dinero las primeras dos o tres veces para después tomarlo con una sonrisa, al tiempo que le devuelve su cambio junto con una buena frase poética de amabilidad. Intente ceder su asiento a un iraní en un autobús de Teherán y es más probable que usted termine sentado mientras le preguntan cosas sobre el país. Intente pagar la cuenta de un hotel por adelantado y prepárese mejor para descansar y relajarse de su viaje. Intente comprar una baratija en el bazar y antes de pagarla prepárese para recibir la explicación más mínima de cómo funciona la mercancía. Hay cientos de ejemplos más de vivir el ta'roof iraní.
Pero también es verdad que el ta' roof tiene sus dimensiones sociales y políticas que puede prestarse a malos entendimientos para quien no lo conoce fuera del ambiente de los servicios y las cosas del día a día.
Por ejemplo, muchos investigadores, reporteros o interesados en Irán han acudido alguna vez en su vida a una embajada del país persa para ahondar en su investigación. Normalmente, suelen ser recibidos por una persona encantadora, amable y sonriente que pide para ellos un té, azúcar y dulces típicos para entablar la conversación y los cuales suelen ser deliciosos al paladar y al ambiente de recibimiento. Durante la entrevista todo es perfecto, la persona los escucha muy atentamente y cualquier petición o solicitud a la embajada es bienvenida con una sonrisa. Prometen muchas cosas y piden regresar en una semana o dos.
Cuando la persona regresa recibe exactamente el mismo trato. Dulces, té, sonrisas y atención, y si bien le va recibe también un tríptico o un CD de información para visitar Irán y/o un regalo con alguna ornamentación persa.
A la persona interesada le resulta extraño regresar una y otra vez a la embajada y recibir el mismo trato pero sin tener una solución clara de lo que se ha pedido incialmente. En este caso, ta'roof significa "no podemos hacer lo que usted nos pide ahora, pero puede venir a platicar los días que quiera". Se trata de una forma muy sútil de decir "no por el momento", pero que deja abierta la posibilidad de hacerlo en el futuro.
Para las personas que suelen ser muy directas en su trato, para decir "si o "no", el ta'roof puede desorientar y en otras ocasiones llevar a la ofuscación.
Pero este modo diplomático de los iraníes de relacionarse con las personas debe ser entendido como una forma de diálogo que siempre lleva a buenos términos, al igual que intenta hacer la táctica informal del "cuarto cerrado" muy aplicada en Occidente para destrabar las fuertes tensiones de una negociación. Ante esto, se debe señalar que las técnicas iraníes, como aquellas pertenecientes a un buen país asiático, suelen ser muy lentas y detalladas en su desarrollo. Hay muchas preguntas y jornadas en extremo largas para intentar desgastar al adversario. De hecho, el jefe negociador habla muy poco, y las cosas que se deciden sobre la marcha siempre se pronuncian al final, por lo que cualquiera que enfrente una negociación con un iraní debe llevar en su maleta una gran dosis de paciencia.
Pero este modo diplomático de los iraníes de relacionarse con las personas debe ser entendido como una forma de diálogo que siempre lleva a buenos términos, al igual que intenta hacer la táctica informal del "cuarto cerrado" muy aplicada en Occidente para destrabar las fuertes tensiones de una negociación. Ante esto, se debe señalar que las técnicas iraníes, como aquellas pertenecientes a un buen país asiático, suelen ser muy lentas y detalladas en su desarrollo. Hay muchas preguntas y jornadas en extremo largas para intentar desgastar al adversario. De hecho, el jefe negociador habla muy poco, y las cosas que se deciden sobre la marcha siempre se pronuncian al final, por lo que cualquiera que enfrente una negociación con un iraní debe llevar en su maleta una gran dosis de paciencia.
En el caso del llamado "dossier nuclear" pasa lo mismo. Cuando Occidente reduce el ta'roof iraní a decir que "Irán solo busca ganar tiempo para construir su bomba" lo que se hace es cerrar la puerta de un diálogo que Irán siempre ha intentado mantener abierta a escala internacional pero cuya proyección es mal interpretada por no existir el mínimo grado de confianza necesario entre las partes. Para Occidente es sumamente difícil intervenir militarmente en Irán tal como lo es para Teherán construir una bomba nuclear. Ambos actores lo pueden hacer pero los riesgos y los gastos de esas acciones pueden ser más grandes que lo que un actor y otro tratan de evitar actualmente.
Si bien Occidente no se acomoda al ta´roof iraní, los iraníes tampoco entienden la razón por la cual no se transmiten públicamente las negociaciones entre uno y otro actor y prefieren mantenerse a "puerta cerrada". Exponer los puntos de vista de ambos actores es algo que la comunidad internacional tiene el derecho de saber para no dejarse guiar por la propaganda de sus prensas locales. La premisa de que el ta'roof iraní en la cuestión nuclear no llegará a ningún acuerdo es falsa en tanto se ha demostrado que el acuerdo alcanzado entre Irán,Turquía y Brasil en mayo de 2010 fue totalmente ignorado por Occidente en una muestra de falta de voluntad.
Varias veces he escuchado decir a algunos investigadores occidentales que el ta´roof iraní es una muestra de arrogancia y de sentimiento de supremacía con respecto al "otro" donde el iraní trata de dejar todo en la ambigüedad para sacarle provecho al tiempo. Pero la arrogancia no es algo que Occidente no desconozca en su interior a la hora de relacionarse con Oriente y de imponer formas y marcos de referencia para relacionarse con ese "otro". Basta señalar que hay más coincidencias culturales, políticas y estratégicas entre Irán y Occidente de las que muchos creen y que la arrogancia ha sido parte de la retórica de ambos actores; así, será solo cuando la eliminación de la arrogancia política florezca que se podrá encontrar el punto de arranque para un mejor entendimiento con los iraníes, tal vez cuando ellos conozcan el ta´roof de Occidente que seguramente está en la voluntad política que otorga el derecho internacional.
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