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miércoles, 22 de agosto de 2012

El ataque a Irán se desvanece, for the time being...

El día de hoy, el Secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, anunció que asistirá a la cumbre de países no alineados a realizarse en Teherán la siguiente semana pese a las llamadas de atención de Israel y Estados Unidos de que se abstenga de dicho acto.
Aunado a esta noticia, que es relevante por la oportunidad que busca el diplomático de la ONU de conocer a fondo las posturas iraníes en cuestiones relacionadas con los derechos humanos y el terrorismo, el gobierno de Estados Unidos dio un paso atrás en su régimen de sanciones debido al sismo que sacudió a Irán unos días atrás y permitió que algunas ONG´s nacionales pudieran transferir fondos de hasta 300 000 dólares a Irán bajo el concepto de crisis humanitaria. El plazo estará abierto hasta el 5 de Octubre del 2012,  y se anunció por parte del Departamento del Tesoro  como "una muestra del compromiso que el gobierno de los Estados Unidos tiene con el pueblo iraní".

Por otro lado, el gobierno israelí comenzó a repartir máscaras anti gas y entrenamiento civil para protegerse de lo que ellos llaman "la inminente guerra con Irán". Esta acción va encaminada a llamar más la atención de la comunidad internacional sobre la supuesta amenaza que el gobierno iraní representa al orden geopolítico regional y presionar al gobierno de Obama, una vez más, para lanzar un ataque en conjunto.

Sin embargo, los escenarios inconclusos de la primavera árabe, principalmente el escenario sirio, la falta de líderes comprometidos a nivel internacional con una intervención militar en Irán,el mismo potencial militar-defensivo de la República Islámica, así como la crisis del euro y la tensión en los mercados petroleros, son síntomas de que la actual coyuntura política global está a favor de Irán y no permite una intervención militar directa y "fácil" como en años pasados a otros estados de la región.

Ciertamente, un ataque a Irán sigue en la agenda del ala neoconservadora de países como Israel y Estados Unidos. Incluso puede estarlo en la agenda del ala conservadora de los Pasdaran, ya que un enfrentamiento militar ayudaría a justificar el enorme gasto militar que los tres gobiernos han hecho en la última década bajo el ya gastado discurso de la amenaza externa. No obstante, las operaciones encubiertas entre Israel e Irán muestran un tono de alerta entre ambos países, ya que la retórica de guerra debe estar sustentada sobre fuertes cimientos de herramientas disuasivas tales como, por ejemplo, la capacidad de hacer ataques selectivos en el territorio enemigo.

Hoy en día Estados Unidos parece perfilarse hacia un segundo y sufrido período de Obama quien, como ganador del premio nobel de la paz, no puede autorizar un ataque militar ni contra Irán ni contra Siria  ni contra cualquier otro país a no ser que parezca defensa propia.

Por tal motivo, el ataque a Irán, pese a la retórica, se ve cada vez más lejos, y aunque no se descarta del todo dicho escenario, parece que tendrá que esperar por lo menos una ´década a que las elites conservadoras en las grandes potencias vuelvan a  ponerse de acuerdo en el cómo y cuándo de dicha operación, dicho sea de paso, olvidando cualquier intento de invasión u operación militar de larga envergadura. situación que, dadas las alianzas iraníes y el potencial asimétrico con el que cuenta, realmente se torna como el escenario que nunca fue y probablemente que nunca será.


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