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miércoles, 4 de julio de 2012

Todos somos responsables: Elecciones en México 2012


Contrario a lo que muchas personas dentro del IFE afirman, las elecciones del pasado primero de julio en México no han sido en lo más mínimo las más limpias en su historia. Por el contrario, se han caracterizado por ser unas de las más sucias y cooptadas no solo por la corrupción de los poderes partidistas sino también, tristemente, por la pobreza e ignorancia que prevalece en la mayor parte del pueblo mexicano. Esta aseveración se hace porque, en efecto, fueron unas elecciones supervisadas por muchos ciudadanos independientes que, con videos, fotografías y uso de redes sociales, han logrado dejar constancia de las irregularidades de la contienda.

Sin embargo, el criterio para seleccionar al ganador de la presidencia de México no es cualitativo sino cuantitativo, lo cual no quiere decir que el primero no incida en el segundo, como lamentablemente lo hace, aunque legalmente no se tome en cuenta dicha causal, a menos de que sea evidente y repercuta en los resultados tal como lo establece el IFE. Fraude llaman algunos. Robo y engaño otros. Y aunque fraude, robo y engaño, la izquierda aceptó jugar políticamente en el terreno priísta del exceso en el tope de campaña, la compra de votos, el acarreo y la cultura política tradicional basada en el fraude y la extorción.

Lo anterior no es nuevo. Es una estrategia por todos conocida. Sin embargo, el punto es saber por qué si la izquierda sabía de estas prácticas anti democráticas y del gasto de más de 5 mil millones de pesos en la campaña del PRI, entonces no hizo suficientes labores metodológicas de prevención y denuncia de las mismas para castigar, como se merecen, a dichos delincuentes electorales ante las autoridades correspondientes. Si el fraude se consuma en la elección presidencial, no solo es culpa del PRI y de los ciudadanos acarreados que vendieron su voto, sino también de la falta de coordinación y actuación de la izquierda para prevenirlo antes de la elección y no lamentarlo después de ella.

De acuerdo con el Dr. Sergio Aguayo, fuentes de MORENA afirman no haber cubierto más que el 60% de las casillas electorales en el país. A reserva de confirmar dicha información, y tras el anuncio de tener gente en cada uno de los distritos electorales en el país, la gente de Izquierda debe pensar seriamente en planes de reorganización de cuestiones tan básicas como la vigilancia in situ de las casillas electorales, sobre todo en aquellas ciudades donde la seguridad no solo de las urnas sino de las propias personas se pone en duda, y evitar así lo que lamentablemente aconteció con el representante de MORENA en Nuevo León cuando fue asesinado la noche previa a la elección, un asesinato político a sabiendas del robo de su papelería y el descubrimiento de su cuerpo en el municipio de Juárez con la playera del PRI puesta según informa la prensa local.

Ante lo que muchos se refieren como “el nuevo mapa político de México”, en donde se afirma que, de acuerdo con los resultados del IFE, no hay mayoría absoluta de ningún partido en el congreso para sacar a flote las reformas promovidas por el PRI, debo decir que dicha afirmación no es una garantía y ni siquiera una herramienta de análisis para prever la aprobación o no de dichas reformas. Si bien ningún partido político tiene la mayoría, hay casos en países como Brasil donde se ha logrado pasar reformas estructurales a pesar de que dicho país tiene uno de los congresos mas fraccionados del mundo. Por otro lado, en el pasado el PRI ha tenido la mayoría en el congreso y no por ello ha podido pasar ni la reforma fiscal, ni la energética, ni la de radio y televisión y ni muchas otras que ha propuesto desde el legislativo ante la falta de acuerdos entre su propia bancada. Con esto quiero decir que la mayoría absoluta en el congreso no es una garantía de éxito en las propuestas de reforma, sino que estas se aprueban o no con base en la posibilidad de mantener unidad entre la bancada que propone y la concertación de alianzas entre ella y la pluralidad partidista dentro de todo el órgano legislativo.

Otro punto importante de esta elección es que hay un voto de castigo, un voto de castigo contra el PAN por la situación de la seguridad en México y el aumento de la violencia (basta señalar que ciudadanos panistas prefirieron vender su voto al PRI en León Guanajuato que seguir siendo leales al PAN). La preocupación ahora, es saber cómo gobernará el PRI ante la sombra de la represión y la impunidad de la corrupción. Prevalecerá la cultura política de Atenco o se recibirán las críticas pertinentes en su momento, es decir, el día a día de Peña Nieto?. Me inclino a pensar que la tolerancia será el concepto más usado por la presidencia en el sexenio que viene, y a espera de no equivocarme y jamás sustituirla por el concepto de represión, afirmo y confío en que los tiempos y lugares donde se darán masivas concentraciones de jóvenes activistas en contra de las irregularidades documentadas en las redes sociales, serán constantes y sonantes para reclamar lo que este país busca, esto es, transparencia, seguridad y mejor distribución de la riqueza. Es deber de todos no permitir violencia y represión a los actos de protesta civil.

Los resultados electorales desplegados en el PREP, a reserva de la desaparición de votos a las 3 horas de la madrugada del 2 de julio y la serie de datos filtrados por la organización anonymus, dejan muchas dudas en cuanto al desempeño de las gráficas a lo largo del registro electrónico de las actas, según expertos mexicanos en estadística que laboran en la Universidad de Texas. Dichos datos, con miles de irregularidades, quedarán marcados como una muestra más de la descomposición de la cultura política de muchos ciudadanos que prefirieron vender su voto, su derecho y su dignidad por unos cuentos pesos o una tarjeta de la tienda Soriana que, seguramente, no les durarán seis años de gobierno. Por cierto, no toda la gente ha cobrado dicho pago, así que el PRI en ese aspecto y sin querer, ya comenzó a faltar a sus compromisos.

Pero para una sociedad que le gusta encontrar culpables, lo anterior no es culpa solo del PRI y su equipo sino de todos los que sabían cómo operaba y hacían poco o nada para evitarlo.
Sin duda alguna hay una gran victoria para un sector de la sociedad mexicana que poco le importa el nuevo mapa político del país tras lo que ellos consideran un fraude más: los jóvenes activistas. Ellos han sido los grandes veladores de la elección y han demostrado vocación para despertar lo que se ha denominado la primavera mexicana independientemente si pertenecen o no al movimiento “yo soy 132”. Ellos son gran parte de una proporción de la sociedad que día a día se vuelve más crítica de la realidad social en la que se encuentran, y que seguirán luchando por mantener los derechos que ha costado mucho ganar.

Por tal motivo, la revolución ciertamente ha comenzado pero no como hace más de 100 años, sino con otras herramientas en mano que son la crítica, la denuncia, la información, el uso de medios alternativos y otras cosas que juntas constituyen las nuevas formas de movilización social y criticismo que conforman la manera de vivir y sentir la política hoy en día. Estas líneas son para denunciar no solo el fraude y la imposición, sino también la falta de coordinación de la izquierda y su urgente renovación hacia el futuro. La participación ciudadana no terminó en las elecciones sino, por el contrario, comenzó con ellas. Vigilancia y responsabilidad nos harán más fuertes de lo que somos ahora. Unidad y tolerancia vencerán a la represión que pasa por las mentes de muchas personalidades políticas de la derecha mexicana. Todos somos responsables, si el IFE hace más del 50% del recuento, si salimos a las calles a exigir transparencia y logramos cambios todos somos responsables. Si imponen al tirano y no exigimos nuestros derechos también lo somos.

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