En noviembre del año pasado fue un hecho. Los Sepah Pasdaran o Guardianes de la Revolución inauguraron una nueva base naval en las aguas del Golfo Pérsico a la que denominaron "la quinta zona", esto para hacer alusión a la quinta base naval de la marina iraní que mezcla elementos del ejército regular con elementos asimétricos en el puerto de Bandar Lengeh, base de operaciones de los efectivos iraníes.
Ali Ozmaeyee, ex jefe máximo de los Guardianes de la Revolución, fue encomendado para encabezar esta base, la cual inauguró junto con Mohammed Ali Jafari, actual cabeza de los Guardianes de la Revolución y uno de los hombres estratégicos en los planes de defensa, seguridad nacional e inteligencia de la República Islámica de Irán.
Como es de suponerse, la quinta base naval cubre espacios de alta importancia no solo por el lugar que han escogido para sus operaciones sino también para el tipo de misiones que les serán encargadas al ser, parece, una base de operaciones exclusivamente creadas para salvaguardar la seguridad de las más de 15 islas e islotes pertenecientes a Irán en el Golfo Pérsico, incluyendo, desde luego, Tunb mayor y menor y Abu Musa, las compuertas de entrada y salida del estrecho de Hormuz.
Aunque el discurso del gobierno defiende que la puesta en marcha de esta base responde a intereses comerciales, la estrategia naval iraní de esta base responde a intereses más profundos de defensa militar, ejercicios asimétricos y la mejoría de las capacidades operativas de Irán en el Golfo, su zona de influencia por excelencia y su centro de gravedad vital en términos geopolíticos.
La marina iraní ha estado recibiendo mucha inversión en los últimos años, tal como lo muestra la serie de ejercicios con misiles, fragatas y destructores en la zona de Bandar Abbas. Sin embargo, a la par de esto, la infraestructura aérea aún padece de enormes deficiencias tal como lo muestra la serie de accidentes que azota a las líneas aéreas locales así como la falta de refacciones para aviones civiles y militares ante algunos modelos casi obsoletos. cabe señalar que, atendiendo la demanda interna, Irán ha comenzado la negociación de compra de aviones comerciales a Ucrania y Rusia para sopesar esta carencia, mientras en el rubro militar se ha optado más por la mejora del programa de misiles y la marina asimétrica en vez de aviones de ataque de alto costo.
El hecho de consagrar una fuerza naval exclusivamente para la salvaguarda de las islas iraníes del Golfo, habla de la importancia que tienen dichos territorios para la estrategia asimétrica iraní en la zona. Se trata de una zona altamente manipulable por la unidad básica de combate a la que hace falta instaurar sofisticados sistemas de comunicación para hacer de ella una zona de dífícil movilidad en caso de conflicto armado.
Gran parte del objetivo en esta base es un re-conocimiento del territorio naval así como la localización de puntos de asalto hacia grandes embarcaciones. Con esto se demuestra que Irán no pretende cerrar el estreho de Hormuz sino controlarlo mejor ante cualquier escenario.
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