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domingo, 8 de enero de 2012

Reflexiones sobre la situación económica en Gaza en el último año


La ocupación israelí ha debilitado la economía de Gaza sobre todo desde de 2005. A pesar de que las restricciones económicas se implementaron antes de la victoria electoral de Hamas en enero de 2006, el régimen de sanciones y el asedio más profundos se intensificaron a finales de junio de 2007 cuando Hamas tomó el control de Gaza, con sus habitantes seriamente empobrecidos, la economía local diezmada y una crisis financiera del movimiento. De hecho, en abril de 2010, Israel había permitido tan sólo 73 artículos comerciales para entrar en Gaza en comparación con 4000 productos aprobados antes de junio de 2006 (incluidos los materiales y herramientas de construcción). Por lo menos, el 95 por ciento de los establecimientos industriales de Gaza (3.750 empresas) fue obligado a cerrar o fue destruido entre 2006 y 2010, resultando en una pérdida de entre 100.000 y 120.000 trabajos. Las restricciones sobre el comercio vasto, otro rubro estratégico, también han contribuido a la erosión constante del sector agrícola de Gaza, el cual se vio agravado por la destrucción de cinco mil hectáreas de tierras agrícolas y 305 pozos para uso agrícola durante el 2008. Estas pérdidas también incluyen la destrucción de 140.965 olivos, 136.217 árboles de cítricos, 22.745 árboles frutales, 10.365 palmeras y 8.822 de otras especies. Por otra parte, mientras Israel invierte en proyectos millonarios para fertilizar el desierto, muchos agricultores de Gaza han fracasado en replantar el suelo tras el cese de las hostilidades puesto que factores como el agotamiento y contaminación del agua, el alto nivel de nitratos y las nuevas avalanchas israelíes sobre los suelos ya sembrados han puesto en vano los esfuerzos de los palestinos.


Y es que el sector agrícola de Gaza se ha visto socavado por la zona de amortiguamiento impuesto por Israel en los perímetros norte y este de la Franja (y otros tantos por Egipto en la frontera sur de Gaza), que contiene algunas de las tierras más fértiles de la zona. El área es oficialmente de unos 300 metros de ancho y 55 kilómetros de longitud, pero de acuerdo a las Naciones Unidas, los agricultores que entran a cerca de 1.000 metros de la frontera, a veces han sido recibidos a tiros, datos que lamentablemente se saben (aproximadamente) por el número de decesos contabilizado por las fuentes israelíes. Cabe señalar que entre el 30 % y 40 % del total de tierra fértil de Gaza se encuentra en la “zona de amortiguamiento”

Actualmente, aunque aún en cautiverio, la economía de Gaza se ha reducido a gran parte dependiente en el sector público, la ayuda humanitaria, y el contrabando, lo que demuestra la creciente informalización de la economía. Incluso antes de la guerra, el Banco Mundial ya había observado una redistribución de la riqueza del sector privado formal hacia los operadores del mercado negro. Hay muchos ejemplos, pero uno que es particularmente sorprendente que se refiere a los cambios del sector bancario. Pocos días después de que Gaza fuera declarada una “entidad enemiga”, en septiembre de 2007, los bancos de Israel anunciaron su intención de poner fin a todas las transacciones directas con sede en Gaza, con lo que los bancos pasarían a ocuparse sólo de las instituciones con sedes en Ramallah, Cisjordania. En consecuencia, los bancos de Ramala se convirtieron en responsables de las transferencias de divisas a sus sucursales en la Franja de Gaza. Sin embargo, las regulaciones israelíes prohíben la transferencia de grandes cantidades de dinero sin la aprobación previa del Ministerio de Defensa de Israel y otras fuerzas de seguridad israelíes con lo que, en los últimos dos años, el sector bancario formal de Gaza ha tenido serios problemas para satisfacer las demandas de efectivo de sus clientes. Esto a su vez ha dado lugar a un sector de la banca informal, y al sistema bancario hawala, que ahora está controlado en gran parte por los afiliados al gobierno de Hamas, quien además adquiere funciones de intermediación financiera entre Ramallah y Gaza.

Otra poderosa expresión de la creciente informalidad económica de Gaza es su floreciente “economía del túnel”,  la cual apareció hace mucho tiempo en respuesta al asedio, proporcionando una línea vital para una población literalmente reclusa. Según economistas locales, por lo menos dos tercios de la actividad económica en Gaza, con datos de 2010, se dedicaba sólo a las mercancías de contrabando dentro Gaza. Sin embargo, y antes de la caída de Mubarak, incluso esta línea de vida se había visto amenazada por planes de construir un muro impenetrable de acero subterráneo (de 20 a 30 metros) a lo largo de la frontera entre Egipto y Gaza en un intento de reducir el contrabando. Los túneles, que Israel ha tolerado por mucho tiempo (a pesar de los ataques periódicos contra ellos) con el fin de mantener intacto el sitio, también se han convertido en una importante fuente de ingresos para el gobierno de Hamas y sus empresas afiliadas, debido a que el bloqueo de Gaza ha llevado a la sustitución lenta pero constante del sector empresarial formal por uno informal que rechaza el registro, regulación o transparencia y, por desgracia, tiene un interés personal en mantener el status quo.

A pesar de miles de millones en compromisos internacionales que todavía están por llegar, la inmensa mayoría de los habitantes de Gaza siguen siendo pobres. La combinación de un sector privado fulminado y el estancamiento de la economía formal han llevado a altos niveles de desempleo, obligando a la mayoría de la gente a la pobreza. Rangos de desempleo del 31,6 por ciento en la ciudad de Gaza, hasta el 44,1 por ciento en Khan Younis, según la Cámara de Comercio de Palestina, la tasa de desempleo de facto se acerca al 65%. Un problema crítico, por lo tanto, es la falta de poder adquisitivo. En consecuencia, al menos el 75 por ciento de los 1,5 millones de habitantes de Gaza ahora requieren ayuda humanitaria para satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, en comparación con alrededor del 30% de hace diez años. Además, el acceso a cantidades adecuadas de alimentos desde Israel ha sido un problema crítico y que parece haberse agudizado tras el cese de hostilidades a mediados de enero de 2009. Los datos internos a partir de septiembre de 2009 hasta principios de enero de 2010, por ejemplo, revelan que Israel permitió a los habitantes de Gaza un 25 por ciento de los suministros de alimentos necesarios¡¡¡ Durante enero de 2010, estos niveles se redujeron aún más donde un promedio de 24.5 camiones de alimentos y suministros por día entraron en Gaza teniendo en cuenta que la Franja necesita mínimo de 400 camiones de alimentos por sí solos todos los días para mantener a su población. Datos vergonzosos de la FAO y el BancoMundial remitieron sus informes con muestras donde “la población (en Gaza) se mantuvo en el nivel humanitario más elemental o mínimo en aquel período".

En un intento por desafiar el asedio israelí de Gaza, una flotilla de ayuda de barcos de pasajeros y buques de carga (dirigido por una organización pro-palestina y una ONG turca) intentó llegar a Gaza a fines de mayo de 2010. Sin embargo, la flotilla fue atacada por la armada israelí en aguas internacionales y nueve personas perdieron la vida. La condena internacional que siguió dio lugar a una decisión por el Gabinete de Seguridad de Israel el 20 de junio para ajustar su política hacia Gaza. En efecto práctico, esto significa que Israel lista sólo aquellos elementos que no se les permite entrar en Gaza, que se "limita a las armas y material de guerra y prohibir que, en consecuencia, entren elementos no enumerados. El gabinete también se comprometió a aumentar la capacidad de los cruces actuales a 250 camiones por día en el cruce de Kerem Shalom y el equivalente de 120 camiones cargados en Karni. También se comprometió a facilitar la entrada de materiales de construcción para proyectos bajo supervisión internacional y mejorar el acceso de los casos humanitarios y personal de organizaciones internacionales. Y si bien es cierto que el número de artículos de consumo (por ejemplo, salsa de tomate, chocolate, juguetes, especias, papel, perfume) que entran en Gaza ha aumentado moderadamente (aunque sigue siendo insuficiente a las necesidades o los niveles de importación antes del asedio), las restricciones más perjudiciales se mantienen intactos. Por ejemplo, las materias primas necesarias para la industria y la manufactura (críticas para la reconstrucción de la destrozada economía de Gaza) siguen siendo muy restringidas y se permitirá sólo sobre una base de proyecto por proyecto (los proyectos que las autoridades israelíes tendrán que aprobar). Hoy en día, textiles, cubos de margarina y otras materias primas todavía están prohibidos. 

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