Hoy Pepe Escobar ha escrito un excelente artículo en Asia Times sobre la situación geopolítica de Siria y su significado para analizar el balance de poder entre los aliados de la OTAN y Rusia en la zona. Escobar ha tomado el modelo de Libia para la revolución Siria (que no es otra cosa más que el modelo de Iraq de 2003 pero con legitimidad internacional que las lamentables masacres en Homs y otras ciudades le han otorgado) para explicar el interés que los gobiernos de, particularmente, Francia, Estados Unidos y el Consejo de Cooperación del Golfo, tienen en minar el gobierno de al Assad y hacer al mismo tiempo una reconfiguración geopolítica a favor de la OTAN en la zona y en contra no solo de Rusia sino también de la primavera árabe al interior de los países de la península arábiga. Escobar llama a esto un movimiento "contra primavera árabe". A partir de su artículo haremos algunas reflexiones:
Una intervención armada en Siria se ha estado buscando por medio de pequeños pasos que, hasta el momento, se encuentran en la etapa de sanciones internacionales por medio de organismos multilaterales como lo han sido la Liga Árabe y El Consejo de Cooperación del Golfo (cuyas agendas resultan ser las mismas al ver que el liderazgo ejercido por Arabia Saudí es muy activo en ambas instancias dado el actual debilitamiento de Egipto) y el Consejo de Seguridad, donde las agendas francesa y estadounidense se han encontrado con los vetos ruso y chino hasta en las más suaves de las propuestas en la mesa de negociación.
Y es que una intervención armada de la OTAN en Siria significa que una de las bases rusas de "mantenimiento naval" más cercanas al mediterráneo (cerca de Tartus) tendría que repensar su posición en el país árabe y probablemente minar un millonario negocio de armas con el régimen de Al Assad de muchos años atrás. Pero también es verdad que tener una fuerza militar en Siria a parte de la OTAN ha evitado el estallido de un conflicto armado de las dimensiones libias de la operación "Harmattan" o "Amanecer de la Odisea" donde prácticamente no hubo un actor geopolítico militar capaz de disuadir a las fuerzas de la OTAN y cuyo futuro político y social en Libia aún deja muchas dudas. De hecho, la zona de exclusión aérea en Libia se fabricó años atrás cuando Qadafi, al ser borrado de la lista del eje del mal, había devuelto la mayoría de sus baterías anti aéreas a Francia en un "gesto de diplomacia" y renuncia a planes militares.
Así, con base en las horrendas masacres cometidas por las fuerzas de seguridad del régimen de Al Assad, se buscaría un modelo basado en Bengazi que intentaría "crear bastiones de democracia" ahora llamados "corredores de ayuda humanitaria" al norte del país al tiempo que se reconoce poco a poco y en diferentes escenarios al Consejo Nacional de Transición Sirio, el cual vendría a ser la contraparte del modelo libio al presentarse como la imagen o la iconografía de la revolución Siria. Aquí también se presenta como eje armado al Ejército de Salvación Sirio, cuyos integrantes, de acuerdo con Escobar, han venido entrenándose a través del envío de "personal libio" y armamento confiscado del arsenal de Qadafi y otro tanto donado por las monarquías del Golfo a través de la frontera turca y la provincia de Iskenderun, con el fin de llegar a Alepo, segunda ciudad siria por su número de habitantes y donde el régimen de al Assad ha desplegado una gran cantidad de "matones " o shabiha por lo que en dicha ciudad, junto con Homs, parecen ser el foco principal de la lucha entre éstos dos ejes armados llevándose entre los puños a la población civil. No por nada, en Homs se ha llevado a cabo la más brutal de las matanzas por el régimen sirio, es decir, más de 1500 muertes, afectando con ésto los aires de esperanza de los manifestantes, verdaderos creadores de la revolución en Siria.
Y es que precisamente en las ciudades sirias de población suní (la población suní es la mayoría de la población siria y no una secta como algunos medios oficiales le han llamado) donde pretende llegar la influencia de la OTAN para acelerar una guerra civil entre aquellos que buscan una resistencia pacífica y de desgaste en contra del régimen y aquellos que la prefieren de corte armado al estilo libio. Una vez derrocado el régimen del Asad, se prevé una salida rusa de la órbita mediterránea, un proceso electoral a favor de la hermandad musulmana siria y otros partidos con fuerte influencia económica de Arabia Saudí y un escenario de confusión política en el país muy parecida a lo que está pasando en éstos momentos en Egipto.
La cuestión que saldría a flote es saber cuál es el papel que buscaría jugar Turquía en este juego geopolítico. Uno de los pilares de la agenda de política exterior de Turquía es precisamente no ser partícipe en los juegos de des-estabilización de sus vecinos como punto de partida para mantener relaciones pragmáticas tal como lo ha mostrado en su posición con respecto a la invasión a Iraq en 2003 y su papel de mediador en la reciente retórica contra el programa nuclear iraní. Sin embargo, en el caso sirio esto parece, de acuerdo a Escobar, una gran excepción, la cual tendría que ir ligada a un trato financiero o político que irremediablemente tendría que ver con Estados Unidos. Pero ésto, último mas que hechos son solo especulaciones, las cuales tendremos que esperar para analizar de acuerdo a los sucesos de los próximos días.
Actualmente Rusia ha mandado un portaviones a Tartus, según oficiales, "como medida activa más que reactiva a los sucesos internos en Siria". No se trata, dice, de una medida disuasiva sino de un plan programado el año pasado para acelerar el mantenimiento de su flota naval, en la cual, tienen uno de sus principales centros de abastecimiento de combustible para una flota más extensa y estacionada en el Mar Negro. Esta medida es una muestra de poder de negociación y presencia regional en medio del actual análisis que se tiene para implementar "los corredores humanitarios" con apoyo y vigilancia de Rusia no dejando a la suerte de Francia y la OTAN la construcción de estos espacios donde la ayuda humanitaria podría ser envestida una vez más, como en otros episodios, de una presencia geopolitica de Occidente.
Al tiempo que esto ocurre, la revolución siria sigue perdiendo vidas día tras día. Las revoluciones en sitios como Bahrein, Kuwait o Arabia Saudí a penas se mencionan en la prensa, mientras el dinero de los gobernantes árabes petroleros parece fluir en las cuentas y los intereses de la OTAN y sus gobiernos líderes para aprovechar y poner a su favor cada episodio de las revoluciones en el mundo árabe.
Por tal motivo, Siria hoy en día es uno de los escenarios geopolíticos de la primavera árabe más importantes para los actores extraterritoriales. A partir de lo que pase en Siria se podrán reconfigurar planes a mediano plazo en otros escenarios como Irán con el mismo objetivo de minar la influencia de potencias económicas y militares como Rusia y China en Oriente Medio para quienes, por el contrario, es indispensable mantener un mapa disuasivo lo más fuerte posible con aliados de peso como Irán, Pakistán y Siria, esto como fuente de contención ante el intento de Estados Unidos de fortalecer nexos de seguridad no solo en el Mediterráneo sino también en el Asia Pacífico, como lo mostraron las recientes visitas de Obama a Australia y de Clinton a Myanmar en noviembre pasado
En los ataques asesinos de las superpotencias al pueblo Sirio, no hay ninguna defensa de los valores humanísticos, simplemente es la lucha entre estás por la hegemonía militar y económica tanto del mundo árabe, como de europa y el mundo, haciendo creer a la humanidad, que como guardianes de la moral y la buenas costumbres tienen que combatir el fanatismo religioso y el terrorismo, asesinando a miles de indefensas personas en nombre de " la libertad"
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