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sábado, 31 de diciembre de 2011

El Golfo Pérsico y la Primavera Árabe para 2012


Mientras que las élites políticas y de seguridad en países del Golfo Pérsico están tratando de perfeccionar un equilibrio de poder internacional en la región, todo el Medio Oriente está experimentando una transformación socio-política que es en gran parte resultado de la Primavera Árabe y no del "Realpolitik del Poscolonialismo". En medio de la exageración con respecto al programa nuclear de Irán y el caos que continúa en Iraq, un fenómeno mucho más amplio y potencialmente explosivo se ha ido desarrollando desde el norte de África hasta el Golfo Pérsico. La transición del autoritarismo hacia unas sociedades más abiertas junto a un auge de la población joven que podría conducir a altas tasas de desempleo y el estancamiento económico en toda la región durante los próximos años.
Por extraño que parezca, y en medio de la “primavera árabe”, potencias no árabes, es decir, los EE.UU. e Irán, son los actores más poderosos en el Golfo Pérsico, incluso haciendo alusión a la aparición de un sistema bilateral puesto que después de la invasión a Iraq en 2003, el equilibrio estratégico que pudieran haber jugado países pequeños pero altamente estratégicos en la zona ahora están ahora bajo presiones internas y externas que no les hace estar en posición de jugar un papel importante en el orden regional, tal es el caso de Behrein, un país altamente estratégico para la diplomacia entre Irán y Arabia Saudí que terminó por convertirse en la base naval de Estados Unidos en el Golfo y uno de los pilares de la política exterior estadounidense en la zona extremadamente vital.
Una orden regional estable en el Golfo Pérsico es una necesidad fundamental para la estabilidad en Oriente Medio. Dicho orden sería un resultado de las políticas de Irán, los Estados Unidos y los otros estados del Golfo Pérsico que no se basaran en lo que realmente lo hacen, es decir, una relación de fuerzas entre una potencia regional importante con una serie de países respaldada por una potencia mundial territorialmente distante  pero psicológicamente muy presente.
Por fin, la primavera árabe ha transformado la geopolítica del Golfo Pérsico y el Medio Oriente en general, marcando el comienzo de una nueva era de incertidumbre para toda la región y obligando a una reevaluación de las prioridades de seguridad nacional de los países. Pero los regímenes árabes de la zona están luchando para comprar el descontento popular con los aumentos de sueldo, los nuevos paquetes de subvención estatal y falsas promesas de reforma política, al tiempo que niegan el reconocimiento de los movimientos democráticos y sus aspiraciones de libertad política, justicia social y dignidad. El resultado de estos movimientos es la formación de un nuevo orden político que está surgiendo en el horizonte, donde el tema del cambio y la democracia se encuentra en el centro de la política de la región, que en última instancia, daría forma a un nuevo orden regional.
Así se va el 2011 y se entra en un año de gran incertidumbre. Dentro de las maniobras contrarevolucionarias de la primavera árabe se vislumbra una de las más atroces como la intervención de Israel en este proceso a través de una guerra con Irán. Pese a las cartas de disuasión de este país y sus problemas internos relacionado con el movimiento verde y otros grupos que intentan reclamar sus derechos y libertades que se han ido evaporando en los últimos años, Irán parece que tendrá una primavera árabe un tanto diferente al del resto de sus vecinos si no hace reformas internas a tiempo y espacio. Se debe escuchar a la población y aplicar la escucha de lo(a)s estudiantes y lo(a)s intelectuales que lo único que hacen es criticar para mejorar. El enemigo de la primavera árabe  no es nadie más que la intención de mantener el poscolonialismo a máxima velocidad, con otros significantes aunque el significado sea el mismo.
No, 2012 deberá ser un año de nuevos signos, nuevos significados y significantes para la gente, aunque la incertidumbre reine y los políticos contrarevolucionarios aprieten los dientes. Esta etapa de la primavera árabe ha sido el inicio, y 2012 será crucial para ver los levantamientos en Arabia Saudí, Bahrein y Kuwait a reserva de que una gran guerra en la región por parte de las potencias extraterritoriales (EEUU e Israel) nos haga olvidar por lo que comenzó ésta era de cambio, de soluciones y de democracia y no s haga pensar en bombas nucleares, terrorismo y hombres con barba, lo cual a mi parecer, ya pasó de moda.

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