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lunes, 22 de octubre de 2012

La nueva misión de los Moyahedin-e Jalq en Siria



 Mucha gente se ha preguntado qué será de los Moyahedin-e Jalq-e Iran tras haber sido removidos de la lista oficial de organizaciones terroristas de los Estados Unidos. Mientras algunos analistas dicen que la organización gastará su tiempo en buscar el reconocimiento internacional como la única oposición real al actual gobierno en Irán, otros apuestan por analizar su siguiente golpe militar en el terreno tras haber participado en el asesinato de científicos nucleares en Teherán el año pasado.

Así, parece que mientras su discurso pacifista fluye en las calles de Washington, la siguiente misión de los Moyahedin ha llegado y se encuentra en Siria.  El 3 de Octubre de este año, el Ejército de Liberación Siria recibió una solicitud oficial por parte de los Moyahedin-e Jalq-e Iran para unirse a las filas de su ejército, anuncio que fue documentado por la cadena de noticias web islamstory.com y el periódico libanés As safir el cual fue uno de los pocos medios que le dio cobertura al asunto. Una semana después, el vocero oficial del Ejército de Liberación Siria, Basam al-Dad, aprovechando el anuncio de la conformación de dos batallones en las ciudades sirias de Iblid y Deir al-Zour, dio a conocer que efectivamente su ejército estaba en proceso de establecer una base militar para los Moyahedin en las fronteras de Siria y la provincia de Akkar al norte de Líbano, para contrarrestar los embates que los Guardianes de la Revolución y el Hezbollah han causado a sus filas en esa parte del territorio sirio.

Los Moyahedin desde hace varios meses ya habían utilizado gran parte de su propaganda en Internet y otros medios de comunicación para señalar la supuesta injerencia que los Guardianes de la Revolución y Hezbollah habían tenido en el escenario sirio para apoyar el despliegue de las fuerzas leales a Bashar al Assad, esto aunado con la autoridad moral que les daba el hecho de haber sido removidos de la lista de organizaciones terroristas de Washington hace casi un mes.

El despliegue de los Moyahedin en Siria es un hecho estratégico muy delicado en términos militares asimétricos ya que esto les da la oportunidad de reconocer el terreno fronterizo libanés desde donde podrían, a mediano plazo, inicia labores de contención asimétrica y espionaje contra Hezbollah en una hipotética escalada de tensiones entre Israel- Estados Unidos e Irán. Si bien la guerra entre Irán y el eje Wahington- Tel Aviv está lejos de concretarse, esta medida se implementa como una herramienta de disuasión a los líderes sirios e iraníes para equilibrar el balance de fuerzas asimétricas en Siria que estaba inclinándose al lado de las fuerzas sirias pese a las deserciones de varios miembros importantes del gabinete de seguridad nacional.


A la vez, este movimiento también es una llamada de atención a Irán para complicar el uso de sus células dormidas no solo en Siria sino también en Líbano donde Hezbollah se ha visto como la fuerza militar más fuerte que ha tendido lazos de poder tanto con Bashar al Assad como con Ali Jameneí yendo en contra de la llamada Primavera árabe que ha derrocado a 4 dictadores desde que dieron inicio las primeras manifestaciones pacíficas en Túnez.

En lo que respecta a la organización de los Moyahedin, esto parece ser su primera gran prueba tras ser removidos de la lista de organizaciones terroristas siendo su principal misión ayudar a transportar armas de la frontera libanesa a sus nuevos aliados sirios quienes por el momento estarán agradecidos de cubrir aquel flanco estratégico para concentrarse en una lucha intensa que ha incluido a los separatistas kurdos que han recibido grandes promesas del régimen de al Assad.

Y si esta noticia supone ser una maniobra de Teherán para justificar su presencia en Siria por medio de sus células revolucionarias, el hecho de intervenir de esta manera por parte de Teherán es a todas luces reprochable. No obstante, basta decir que la aproximación estratégica de los Pasdaran en suelo sirio aún no levanta un serio consenso entre la misma elite militar iraní como lo muestran la serie de señales mixtas que han enviado diferentes oficiales a través de personajes como Moḥammad ‘Alī ‘Aziz Ya‘farī o el General Qaseem Suleȳmanī quienes se muestran a favor de una intervención militar en Siria para defender lo que ellos consideran “el interés nacional iraní” mientras, por otro lado, personajes como Ramin Mehmanparast o Ahmed Vahidi niegan cualquier tipo de presencia militar en aquel país árabe alegando, incluso, una labor de mediación en dicho conflicto.

Independientemente de esto, la labor de los Pasdaran y de los Moyahedin no ayuda en nada a la revolución siria y solo admite la posibilidad de reproducir el modelo de caos y violencia que también proyectan los países occidentales y los países árabes del Golfo de este escenario. En todo caso, si el hecho de que los Moyahedin llegasen a Siria resulta ser una verdad absoluta, esto sin duda encrudecerá las tensiones militares en el terreno y coadyuvará a que la actual situación siria perdure por más tiempo del que imaginamos.

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