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domingo, 13 de noviembre de 2011

Las Islas Tunb y Abu Musa hoy: causus belli o instrumento de cooperación


 Varias veces se ha dicho ya que la cuestión nuclear en Irán responde más a un ejercicio de poder, disuasión y energía sustentable. Irán aspira más al control del ciclo nuclear que a una bomba, la cual hubiera podido conseguir en el mercado negro tal como lo hicieron India o Pakistán en su momento. El control del ciclo nuclear le otorga a Irán la posibilidad de tener una autosuficiencia energética que, mezclada con las reservas de gas que tiene en su poder, le permitirán seguir siendo un país con renta y auto suficiente en épocas de escasez de petróleo. Esto le servirá a Irán como un elemento de estabilidad para jugar su papel de potencia regional en Oriente Medio compitiendo directamente con Israel, sin preocupaciones energéticas, económicas ni militares, a sabiendas que, en cualquier conflicto armado o tensión en la región, el control del ciclo nuclear puede servir como un escudo de agresión tal como ha pasado con Corea del Norte, India, Pakistán e incluso Israel siguiendo la gran teoría aún vigente de la destrucción mutua asegurada. 

Algunos círculos académicos iraníes dicen que Teherán debería haber seducido con más fuerza a Washington  para aprobar su programa nuclear y así obtener "su permiso" para equilibrar la balanza de poder frente a Tel Aviv en Oriente Medio, un equilibrio que le haría falta a Estados Unidos para "controlar a Israel"  (dado que tiene que lidiar con su gobernante todos los días) en tanto Israel es el único actor que no tiene un contrapeso de poder similar en su zona de influencia como si lo tiene el resto de los países del "club nuclear" (Rusia-Estados Unidos/ India-Pakistan/ China-Corea del Norte/Francia-Alemania). Este poder que tiene Israel ha sido usado para violar la ley internacional pisoteando los derechos humanos de palestinos y otros ciudadanos en tierras ocupadas, para retar a Estados Unidos, por lo menos en la retórica, de invadir a Irán sin aviso previo e incluso, para ser el único Estado que haya podido alargar y ensanchar sus fronteras como si de un juego se tratara.

El verdadero problema es que, ante un escenario de tal magnitud nadie habla de proyectos de cooperación, un asunto tan importante y delicado equiparable al conflicto y a la tensión que se vive hoy en día. Si el conflicto es y ha sido un tanto producto de 1) políticas pro israelíes en la zona, 2) de intervenciones militares extranjeras y 3) de políticas represivas, corruptas y dictatoriales de los regímenes árabes que hoy están cayendo, por qué entonces no hablar de cooperación como una respuesta a la visión orientalista y determinista de relaciones-conflicto que ha imperado en todo Oriente Medio de acuerdo a las escuelas orientalistas.


Una propuesta de cooperación, para terminar con esta crisis de confianza con Irán fue recién publicada por el Haretz y aboga por laconstrucción de una zona libre de armas nucleares a la que Israel tendría que someterse. Es una propuesta interesante pero no nueva, en tanto Irán fue uno de los primeros Estados en proponer dicha solución desde el 2006 debido a que bajo esas circunstancias Israel tendría que deshacerse de sus ojivas nucleares.

Así, valdría la pena recatar una propuesta más que descarte a Israel. Una propuesta de Paz y Comercio  en el Golfo. Una zona de libre comercio que haga del Golfo un espacio de cooperación e intenso tráfico de todos los calibres; libre de aranceles para evitar tarifas de paso y con ello mayor lograr una mayor seguridad en la producción y distribución del petróleo y gas, insumos, minerales, agua potable, alimentos, cereales  y electrónica bajo derechos y obligaciones jurídicas regionales. "Un proyecto de fenicios en el Golfo".  

Irán sabe que la estrategia estadounidense, lejos de la retórica israelí, es la de asfixiar su economía. Que nadie invierta o compre en Irán, pues está prohibido hacer tratos con terroristas (los Pasdaran son considerados como organización terrorista en la U.S Department list desde 2006). Sin embargo, Irán también sabe que debe dar paso a las reformas económicas, sociales y políticas para no perder la legitimidad entre su población, la cual parece evaporarse conforme pasa el tiempo. Las demandas de los jóvenes pueden ser un punto más peligroso para Irán que un ataque israelí o estadounidense. 

Por su parte, Rusia y China no aprobarán mas sanciones ahora no por un gesto de diplomacia con Irán sino porque dichos mecanismos, en caso de ir contra el petróleo y gas iraní, afectarían su consumo y su andamiaje económico. 

Si Irán concede libertades entre la sociedad civil tales como prensa-expresión, transparencia, acceso a medios, entre otras cosas, lograría una cohesión aún más fuerte que la que produce un ataque externo. En Irán hay un sentimiento nacionalista muy fuerte que en nada choca con el modelos islámico que se instauró en 1979, pero por mala fortuna los líderes actuales del establishment religioso no lo han podido entender y han preferido llevar a Irán a la política de la confrontación, la represión y el conflicto.

Sin embargo la clave está con los vecinos árabes, que si bien urge que hagan su propia tarea con sus pueblos y sus jóvenes, de igual manera, habría que convencerlos de que la cooperación es más provechosa y da más fuerza que el conflicto. 

Entre los árabes e Irán solo hay un problema que puede ser el inicio de una cooperación a largo plazo. Tiene que ver con la negociación del problema con las Islas Tunb y Abu Musa en el Golfo. Se trata de  tres islas que han sido objeto de reclamo por Irán y los Emiratos de Sharjah y Ras Al Khaimah, miembros constituyentes de los Emiratos Árabes Unidos desde su formación en 1971.

Actualmente, la posesión de facto la tiene Irán bajo el pretexto de que se trataba de “dos islas deshabitadas”, siendo en 1992 cuando Irán impuso restricciones de paso  y viaje sobre el área de Abu Musa haciéndose de las tres islas, las cuales constituyen la posibilidad de controlar completamente el tráfico energético de Hormuz.


Este conflicto abierto, desde el enfoque de las políticas de confrontación, puede constituir un buen pretexto de causus belli si Israel decide construir una aventura armada contra Irán  que sería un excelente pretexto para incorporar a los países árabes del Golfo y evitar el cierre de Hormuz en un conflicto armado

Sin embargo, desde un enfoque de cooperación, este caso puede ser más llamativo y conveniente.. Haciendo de estas tres islas un Centro de Cooperación que pudiera supervisar una serie de zonas de libre comercio en cada puerto de un Estado litoral del Golfo. El inicio de un acercamiento serio por parte de Irán y los países árabes para demostrar que las sanciones económicas solo dañan a la población y que constituyen un elemento impuesto por factores extraterritoriales y tendenciosos. 
Los círculos verdes responden a mecanismos existentes o en desarrollo. Los rojos a zonas que se deberían abrir para completar la propuesta


Una cooperación entre Irán y los países árabes sobre esta cuestión liberaría tensiones sobre espionaje y competencia. A pesar de lo espinoso del caso, los indicadores económicos han sido un punto a favor de ésta propuesta pues. El mayor socio comercial de Irán en la región, paradójicamente, es Emiratos Árabes Unidos (y pronto Iraq),  cuyo volumen de intercambio comercial alcanzó en 2007 unos 14 000 millones de dólares. Esto es un factor importante ya que el ambiente económico entre ambas naciones se ha dado en buenos términos gracias al uso de las zonas económicas especiales y a pesar de las sanciones económicas impuestas a Irán a lo largo de esta década.
De la zona del Golfo, Irán y Emiratos Árabes Unidos son los países que más cuentan con Zonas Económicas Especiales y Zonas de Libre Comercio. Curiosamente, uno de los Estados más cercanos a Estados Unidos, Arabia Saudí, no cuenta con ninguna zona de este tipo, siendo junto con Qatar y Omán los países que, de incorporarse en una dinámica comercial como tal, deberían abrir una zona para cerrar el círculo que recoge esta propuesta.
Causus belli o el corazón de la cooperación regional, ese es el dilema y la atención que se le debe poner a las Islas Tunb y Abu Musa, todo dependiendo del cristal con el que se miren. 

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